Es positivo el hecho de estar en la lista de los países que han iniciado programas de vacunación contra COVID19 , pero se evidencia un ritmo lento en la vacunación.
Hace casi un mes que México festejaba el inicio de la vacunación justo el mismo día que la Nochebuena. En aquel entonces incluso miembros del gabinete lo llamaron el inicio del fin de la pandemia, lo cual además es científicamente incorrecto, pero el solo hecho de iniciar el proceso de vacunación representaba una luz de esperanza para millones de mexicanos de poder ser inmunizados de manera rápida y en un periodo de meses. Pero, en realidad, ¿donde nos encontramos casi un mes después ?
Hasta el momento se han aplicado casi 500,000 dosis , lo cual representa el haber vacunado a solamente el 0.38% de la población del país. Sin duda es positivo el hecho de estar en la lista de los países que han iniciado programas de vacunación contra COVID19 , pero se evidencia un ritmo lento en la vacunación y una clara no urgencia de vacunar a la mayoría de la población en el menor tiempo posible, a pesar de haber sido de los primeros países en anunciar a la población que se tenían suficientes acuerdos con diferentes farmacéuticas y desarrollos para vacunar al menos al 75% de la población.
Tal parece que en México la vacunación NO es una prioridad para el gobierno, mientras en los medios se observan imágenes de grandes estacionamientos , estadios y centros masivos de vacunación en países como Estados Unidos e Israel. En México , por el contrario, se ven noticias sobre el caos que representaron las primeras semanas de vacunación cuando el personal médico tuvo que viajar horas para asistir al centro de vacunación donde en numeradas ocasiones se les informaba que ya no había suficientes vacunas para ese día , además de numerosos casos de personas que no eran personal de salud sino administrativos o “ siervos de la Nación” y que recibían una dosis de la vacuna.
Y aunado a esto, justo el domingo pasado el presidente anunciaba que se reducirían las entregas de la vacuna de Pfizer al país, ya que por disposición de la ONU se pedía donar entregas de la farmacéutica a países con nulo acceso a vacunas y México había decidido donar parte de sus lotes de dicha vacuna , hecho que se desmentiría después , siendo la razón principal del retraso un cambio de logística en la planta de Bélgica con la finalidad de acelerar la producción masiva en dos meses.
La reducción y retraso de las entregas de la vacuna de Pfizer representan uno de los obstáculos en el camino , ya que desafortunadamente , hasta el momento es la única vacuna aprobada en México con entregas tangibles , ya que a pesar de que la vacuna de Astra Zeneca ya ha sido aprobada, su producción ( que se realiza entre Argentina y México) no estará lista hasta Marzo. Otro gran obstáculo riesgoso en el camino es que el éxito del plan de vacunación se está apostando en dos vacunas (Cansino y Sputnik V) que todavía no están aprobadas por COFEPRIS y sobre todo que no tienen resultados preliminares de fase 3 publicados en revistas de pares, además una de ellas muestra baja eficacia en personas de la tercera edad, lo cual además de no generar confianza en la población que constituye el segundo grupo que se vacunará después del personal de salud , demuestra de nuevo que el gobierno no está tomando decisiones sobre el plan de vacunación basándose en la ciencia sino en la política.
¿Lograremos vacunar al 75% de la población en México a tiempo para evitar un número considerable de muertes y contagios y sobre todo evitar el surgimiento y la propagación de nuevas variantes que sean más transmisibles? La respuesta desafortunadamente es NO . Si seguimos con la misma velocidad y número de dosis aplicadas al día, no se cumplirán las fechas que se prometieron en un calendario anunciado hace semanas cuando se dio a conocer públicamente el plan de vacunación y no se podrá controlar la pandemia a tiempo para evitar aún más muertes .
Si queremos realmente ver un descenso claro en las cifras de casos y fallecimientos se tendrían que estar aplicando al menos un millón de dosis diarias y ni siquiera están llegando al país esa cantidad de dosis por semana. Estamos en una carrera de tiempo contra el virus y el presidente tiene que dejar de lado sus propios intereses políticos y comenzar a emular la eficiencia de los planes de vacunación de países que pusieron como prioridad la vacunación rápida y competente.