El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un paso más en su estrategia de seguridad fronteriza con la orden de desplegar tropas a lo largo de la frontera con México, una acción que refuerza su promesa de restringir el paso de migrantes y garantizar un mayor control de la zona.
El Pentágono aún no ha brindado detalles oficiales sobre el número exacto de tropas ni la fecha precisa de este despliegue, pero medios estadounidenses como CNN indican que se movilizarán miles de efectivos. Por su parte, Fox News, citando a un funcionario del Pentágono, asegura que el número estimado será de aproximadamente 1,500 soldados.
Este envío de tropas se suma a los más de 6,700 militares ya desplegados en la frontera, que incluyen tanto fuerzas activas como reservistas de la Guardia Nacional de Texas. La principal función de las nuevas tropas será brindar apoyo logístico y administrativo a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), realizando tareas como mantenimiento de equipos y apoyo en la entrada de datos, según fuentes de CNN.
El presidente Trump, durante su primer mandato (2017-2021), ya había enviado a la frontera una cifra considerable de tropas, alcanzando un total de 5,200 efectivos. Ahora, en su segundo mandato, ha emitido una orden ejecutiva que instruye al Pentágono a movilizar las fuerzas necesarias para obtener un “control operativo completo” de la frontera sur de Estados Unidos.
Una de las disposiciones clave de esta nueva directiva es la evaluación, en los próximos 90 días, de la posibilidad de invocar la Ley de Insurrección de 1807. De ser activada, esta ley permitiría que los militares desempeñen funciones de aplicación de la ley dentro del país, lo que ampliaría su rol actual y los pondría más cerca de las responsabilidades que hoy corresponden a las fuerzas de seguridad locales. Sin embargo, las tropas actualmente desplegadas no tienen autorización para llevar a cabo tareas de policía, como arrestar migrantes o incautar drogas, ya que la ley Posse Comitatus de 1878 prohíbe que las fuerzas armadas actúen como policías en territorio estadounidense.
Este nuevo despliegue de tropas marca el comienzo de una serie de medidas de seguridad que el gobierno de Trump tiene como objetivo implementar para reforzar su postura sobre la migración y la protección de la frontera. A pesar de la polémica y la discusión que este tipo de acciones genera tanto a nivel nacional como internacional, el presidente continúa con su firme postura sobre la importancia de controlar el acceso a Estados Unidos, particularmente en un contexto migratorio complejo.