La tradición platera aguarda al encuentro con los turistas en este destino lleno de encantadores rincones dignos de una postal.
Sus estrechas calles empedradas, rodeadas de construcciones coloniales que rematan en una imponente catedral de arquitectura virreinal, hacen de Taxco de Alarcón uno de los Pueblos Mágicos más entrañables de todo México.
El encuentro con este encantador destino enclavado entre las montañas de Guerrero, aguarda a todo aquel dispuesto a ser participe de la rica tradición platera que le ha dado identidad al paso de los siglos.
Una vez ahí, todas las calles, que suben y bajan por empinadas cuestas, llevan a la Parroquia de Santa Prisca y San Sebastián: un templo católico construido en 1750, considerado entre los edificios más bellos del barroco mexicano, gracias a su hipnotizante fachada de cantera rosa, resguardada por dos enormes torres.
Idealmente, ese es el punto de inicio del cual partir para descubrir un brillante Pueblo Mágico y deambular sin descanso por sus calles y callejones, mientras se visitan los bazares y talleres artesanales, en donde las joyas y accesorios elaborados en plata deslumbran la mirada.
Cuando el cansancio te obligue a detenerte un momento, podrás disfrutar de su variada oferta gastronómica; un encantador balcón o una terraza con vistas insuperables a la plaza principal, pueden ser opciones idónea para retomar fuerzas y continuar con el descubrimiento de cada rincón de Taxco. Éste, parecerá sorprenderte a cada vuelta de esquina, al desplegar imágenes dignas de una postal inolvidable.
Taxco, más allá del Centro
Si el centro de este Pueblo Mágico, con sus majestuosas vistas que parecen salidas de una novela del realismo mágico de Gabriel García Márquez, cautiva a cualquier turista, un segundo día en este destino bien puede empezar con un recorrido por la Mina Prehispánica, que fue descubierta casi por accidente, debajo del hotel Posada de la Misión. Ahí se llevan a cabo tours guiados para conocer más del pasado minero del destino guerrerense.
Después podrás aventurarte cuesta arriba, hasta llegar al Cristo Monumental de Taxco. Una enorme estatua de 18 metros de altura que se localiza en la parte alta del cerro de Atachi; desde ahí es posible apreciar prácticamente la totalidad de un destino que parece empeñado en resistirse al paso del tiempo.
Otra opción es terminar la tarde con una visita al teleférico, el cual sube hasta el Hotel Monte Taxco; así, disfrutarás desde otro punto en las alturas de los impresionantes paisajes rodeados de montañas que ratifican por qué desde 2002 Taxco obtuvo el distintivo de Pueblo Mágico.
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