Enrique Graue, rector de la UNAM, aseguró que la actual pandemia ha develado problemáticas históricos y estructurales
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, aseguró ante titulares de universidades e instituciones de educación superior del país que el conocimiento, la tecnología y la innovación son fundamentales para solucionar crisis y consolidar los procesos de soberanía, desarrollo y bienestar.
Sin una inversión estratégica, diálogo y corresponsabilidad no vamos a lograr que México avance”, agregó durante el Foro Interuniversitario “Jornadas de reflexión sobre el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) que demanda el futuro”, en el cual participan instituciones públicas y privadas del país.
En el encuentro virtual, el rector destacó que esta actividad servirá para que, desde la pluralidad de voces que caracterizan a las universidades allí reunidas, se señalen los principios primordiales sobre los cuales debe fundamentarse la Ley General de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación.
Enrique Graue expuso que la actual pandemia ha develado problemáticas históricas y estructurales, entre ellas la baja inversión en el sector CTI. Por ello, señaló que la participación de los gobiernos y la de los actores privados para dotar de recursos al sector en el modelo económico actual, son de vital importancia en la detonación de todo este sistema.
A los rectores participantes, dijo Enrique Graue, los une la convicción de reflexionar sobre cómo la ciencia y las humanidades pueden contribuir al desarrollo del conocimiento y detonar tecnologías innovadoras, que gocen de libertad creadora y estén desligadas de funciones meramente utilitarias.
También que las decisiones sobre el financiamiento se tomen por pares y sin intereses personales o grupales, además de subrayar que sus instituciones hacen investigación, desarrollos tecnológicos e innovación, relacionados con las necesidades de la nación, a fin de poder contribuir al desarrollo de nuestra patria.
Todos los que estamos aquí, sabemos que somos actores relevantes para lograr ese propósito”; la interacción de ideas y reflexiones es vital para lograr una ley que tenga un futuro sostenible y catalizador, remarcó Enrique Graue Wiechers.
En tanto, Eduardo Abel Peñalosa Castro, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana, acotó que en México el sistema CTI tiene un vínculo indisoluble con el almacenamiento, la divulgación y la socialización del conocimiento.
El crecimiento económico y el desarrollo social alcanzados por el país, durante el siglo XX implicó la creación de instituciones y empresas públicas en sectores estratégicos como el energético, de infraestructura y salud, abundó.
El rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Rogelio Garza Rivera, expuso que la pandemia ha hecho que las instituciones de educación superior replanteen cómo enseñar, cómo impulsar la innovación y hacia dónde dirigir la investigación científica.
Es importante seguir insistiendo en la necesidad de incrementar el presupuesto asignado a Ciencia, Tecnología e Innovación. Este año el incremento fue similar al de la inflación, lo que nos sitúa en un 0.38 por ciento del producto interno bruto, muy por debajo del 2.4 por ciento de la OCDE. Nuestro país requiere un incremento constante en CTI para alcanzar un verdadero desarrollo sostenible y equitativo, e impulsar la transformación de la sociedad”, sostuvo.
Para Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana, en la pandemia los sectores de CTI han mostrado su capacidad de coordinarse y sumar esfuerzos, a fin de entender al COVID-19 y sus efectos sobre la salud humana, investigar y producir vacunas y medicamentos, desarrollar plataformas digitales necesarias en la educación, el trabajo, la salud, la economía, la comunicación, entre otros.
Sin embargo, también ha mostrado que el desarrollo es desigual y asimétrico entre países, por lo que naciones en desarrollo deben implementar una estrategia que refuerce sus capacidades científicas y tecnológicas, basada en interacciones y redes colaborativas. En este sentido, destacó que el Foro y la amplia participación de universidades muestran que están llamadas a jugar un papel crucial en este proceso.
Saúl Cuautle Quechol, rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, coincidió en que la emergencia sanitaria ha evidenciado que la investigación es preponderante para mejorar la calidad de vida, la seguridad y bienestar de la población, además para que nuestro país no quede en el rezago en ciencia y tecnología.
Hoy en día, consideró, se necesitan políticas públicas y recursos para instituciones y universidades que permitan estudiar y hacer propuestas frente a retos como el cambio climático, el desarrollo sostenible, que ciudadanos y gobiernos entiendan el lenguaje de la ciencia y adquieran una cultura científica.
Durante el encuentro virtual, Bernardo González-Aréchiga Ramírez-Wiella, rector institucional de la Universidad del Valle de México, expresó: esta es una oportunidad de renovar el andamiaje normativo de CTI que permita crear un ecosistema sólido.
Algunos de los aspectos a considerar, refirió, son el federalismo abierto que favorezca la distribución de competencias y la coordinación entre niveles de gobierno como entre dependencias; la amplia participación de las universidades y de los sectores privado y social en la planeación, formulación y coordinación de la política; fortalecer cadenas de incubación y aceleradoras, trabajar con los estados para impulsar los desarrollos con base tecnológica, entre otros.
David Alejandro Garza Salazar, rector y presidente ejecutivo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, expuso que reportes como el de Competitividad Global 2020 del Foro Económico Mundial ponen de manifiesto las debilidades de México en el sector CTI al ubicarlo en el lugar 36 de 37.
México a nivel global ocupa el nivel 69 en cuanto a número de investigadores por millón de habitantes, por detrás de Costa Rica, Colombia, Chile y España, entre otros.
Es tan evidente el rezago que no podemos darnos el lujo de no colaborar. También es apremiante encontrar modelos para acelerar la cantidad, calidad del impacto de la ciencia y la tecnología mexicanas para beneficio del país”, resaltó.
Las jornadas de reflexión son una oportunidad para dialogar y tener un foro para este anteproyecto, estimó Margarita Teresa de Jesús García Gasca, rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro.
“Es muy buen momento para poder proponer a esta ley de ciencia y tecnología que se hagan ajustes donde hay vacíos importantes, como la ausencia de las universidades como proponentes y protagonistas en México de la ciencia, la tecnología y la innovación”.
En su oportunidad, José Mustre de León, director general del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, del Instituto Politécnico Nacional, resaltó la relación directa entre el sistema CTI y la nueva Ley General de Educación Superior, por lo que cualquier propuesta del sector científico debe estar armonizada con la normatividad en la materia.
Destacó que 75 por ciento de los productos de investigación que se generan en el país están relacionados con instituciones de ese nivel educativo. “Los países que tienen más éxito en la generación de conocimiento y en el impacto que éste puede tener en el bienestar de sus ciudadanos tienen esta relación muy clara”.
Héctor Raúl Solís Gadea, vicerrector ejecutivo de la Universidad de Guadalajara, hizo votos porque luego de estas jornadas de análisis se proponga una visión clara que se articule con los principios y propósitos que sustentan la viabilidad del país y su progreso.
“Que podamos transmitirle a la representación popular en el Congreso, a los poderes de la Unión, al Ejecutivo, a todas las fuerzas políticas, a los empresarios y a todo el ecosistema CTI un sentido de unidad y colaboración entre las mejores universidades de México”.