Claudia Sheinbaum y los alcaldes de oposición correrán una carrera de medio fondo hacia 2024 que no estará exenta de intercambio de críticas.
La relación de Claudia Sheinbaum y los alcaldes de oposición (PAN, PRD y PRI) es una de encuentros y desencuentros, idas y vueltas. Así nació: políticamente tensa.
Los próximos tres años serán una carrera de medio fondo en la que ambos grupos cuidarán estrategias y movimientos políticos: la jefa de Gobierno apuntando a Palacio Nacional y los alcaldes opositores al Antiguo Palacio del Ayuntamiento. La contienda no estará exenta de intercambio de críticas. “Es una relación que nace políticamente tensa porque no es una confrontación únicamente con los alcaldes y alcaldesas, sino con los grupos políticos que están detrás. Es una confrontación que venía desde antes de la campaña y en la propia campaña electoral”, comenta a Forbes México el profesor de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, región Ciudad de México, Gustavo López. Sheinbaum amplió su agenda a temas nacionales, opina sobre el método de Morena para elegir al candidato presidencial, visita otros estados del país, despliega a su equipo en la promoción de programas sociales, contrasta su proyecto con el de la oposición diciendo “no somos iguales”. Con los alcaldes y alcaldesas opositores mantiene sana distancia. Más con unos que con otros. Por ejemplo, con el de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava (PRI), lleva una relación aparentemente más cercana que con el resto de los que conforman la Unión de Alcaldes (UNA).
Los alcaldes de oposición apuntan sus embates hacia la mandataria capitalina. Cada semana se muestran en bloque para fijar posicionamientos y homologar programas de gobierno.
Los funcionarios exigen, por ejemplo, que Sheinbaum se reúna con los nueve alcaldes y alcaldesas de la UNA, pero esa es una foto que sería “muy costosa en el contexto de una campaña presidencial”, apunta López Montiel, doctor en Ciencia Política por The New School for Social Research (New York).
La jefa de Gobierno es vista como presidenciable, pero no se ha animado a dejar clara su aspiración. “Si lo único en lo que pensara es en 2024, podría hacer mucho daño a la ciudad. Para mí, lo más importante es la continuidad de la Cuarta Transformación y la unidad del movimiento en torno a ello”, dijo Sheinbaum en una entrevista que apareció el 21 de noviembre en la revista semanal del periódico español El País.
La carrera hacia el 2024 también la corren los alcaldes opositores. Algunos de ellos ya han aceptado que están interesados en buscar la Jefatura de Gobierno, como Adrián Rubalcava, de Cuajimalpa (PRI). Otros han dado señas, como Santiago Taboada, de Benito Juárez (PAN). El primero, aunque es parte de la UNA suele no asistir a las conferencias semanales e incluso se le ve amigable con Sheinbaum. El segundo es parte activa del grupo.
La Unión de Alcaldes no es homogénea, dice Gustavo López. “Por ejemplo, están los del PRI que eventualmente puedan ser más moderados con respecto a la jefa de Gobierno. Es un bloque muy heterogéneo y vamos a ver si es factible mantener ese espacio opositor, obviamente se puede romper en algún momento. Considero que el PRD y el PAN lo van a mantener hacia adelante, el PRI dependerá un poco de la alianza que tengan con Morena”.
Por su parte, los alcaldes de Morena reaccionaron y ya celebran actos conjuntos. Armando Quintero, reelecto como alcalde de Iztacalco, reprochó en un principio la agrupación de sus pares de oposición. No están permitidos los sindicatos de alcaldes, ironizó. También los ha llamado novatos de la administración pública. En un frente de batalla abierto, los alcaldes morenistas cerrarán filas en apoyo a la jefa de Gobierno, apunta el doctor López Montiel. “Ahorita están en un contexto en donde se relajan, pero en los siguientes meses, ya que esté la disputa por la candidatura a la Presidencia y al gobierno local, van a empezar a moverse de manera distinta. Van a jugar un papel de apoyo a la jefa de Gobierno, que es lo que se ha planteado últimamente, pero también van a comenzar a ubicar sus intereses”, comenta el profesor del Tecnológico de Monterrey.
Críticas de ida y vuelta
Hasta ahora, las reuniones institucionales entre Sheinbaum y los alcaldes opositores han sido individuales. El 19 de noviembre Sheinbaum Pardo inició con la instalación, por orden alfabético, de los gabinetes de paz en cada una de las alcaldías. La primera fue Álvaro Obregón, que gobierna la panista Lía Limón. El evento fue un reflejo de la relación que tendrán la jefa de gobierno y la oposición: un trato institucional, pero no exento de cruce de críticas.
En aquella ocasión, la alcaldesa panista reiteró la exigencia de que el gobierno central incremente el presupuesto público para las demarcaciones de oposición, insistió en la propuesta del bloque PAN, PRI y PRD de que el impuesto predial que recauda la ciudad regrese a las alcaldías donde se capta e incluso aprovechó para lanzar críticas hacia la exalcaldesa de Álvaro Obregón, Layda Sansores (ahora gobernadora de Campeche) sobre gastos excesivos en su administración.
“Simplemente del impuesto predial me tendrían que regresar 2,500 millones de pesos, como sucede en el resto del país y del mundo”, dijo la alcaldesa panista en la conferencia de prensa posterior a la instalación del gabinete de paz. En el mismo sentido se ha expresado el alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, ya que esta demarcación es una en donde más se recauda recursos por concepto del impuesto predial. De hecho, en las conferencias semanales del bloque de alcaldes opositores es un tema que siempre sale en la conversación.
Sheinbaum no quiso terminar la conferencia de prensa sin responder a los señalamientos. Sobre la propuesta de regresar el predial a las alcaldías donde se recauda, la mandataria capitalina dijo que es una medida clasista: “si esto fuera así, las zonas altas de Álvaro Obregón no recibirían recursos, solamente recibirían recursos el Pedregal de San Ángel, porque paga más predial”. Y se dio tiempo de mandar un saludo a Layda Sansores, luego de que fue aludida por Lía Limón. En la instalación del gabinete de paz en Azcapotzalco, la alcaldesa Margarita Saldaña (PAN) fue más institucional: “nuestro lema es ‘una Ciudad de México’. No queremos tener distinción, al contrario, el interés es lograr toda la coordinación posible y en eso estamos trabajando. Tenemos, sí, a lo mejor, enfoques diferentes, pero yo creo que lo que nosotros tenemos como principal objetivo es tener una coordinación que, finalmente, termine dándole resultados a la Ciudad de México. Ese es nuestro objetivo”.