Ciudad de México, 13 de noviembre de 2024. — La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, sostuvo este miércoles un encuentro con los miembros de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en el marco de la CXVII Asamblea Plenaria de este organismo eclesiástico. En la reunión, los obispos presentaron diversas preocupaciones que, según ellos, afectan profundamente al pueblo mexicano, particularmente en relación con la violencia, el Estado de Derecho y la preservación de los recursos naturales.
A través de sus redes sociales, la mandataria agradeció la oportunidad de dialogar con los líderes religiosos, destacando que el encuentro fue un espacio para discutir sobre la construcción de la paz y el desarrollo integral del país. “Agradezco a la Conferencia del Episcopado Mexicano la invitación para dialogar sobre la construcción de la paz y el desarrollo del país entre todos los sectores”, expresó Sheinbaum.
El comunicado emitido por la CEM, por su parte, subrayó que la reunión fue un “diálogo franco y constructivo” sobre los temas más apremiantes que enfrenta la nación. Entre los puntos más destacados de la conversación se abordaron la necesidad de **fortalecer el Estado de Derecho** y la importancia de preservar el equilibrio entre los poderes. Los obispos también hicieron énfasis en la necesidad de fortalecer la unidad nacional como un elemento esencial para alcanzar los objetivos de paz y desarrollo.
Uno de los temas más relevantes durante el diálogo fue la creciente violencia en diversas regiones de México. Los obispos expresaron su profunda preocupación por el recrudecimiento de la inseguridad en el país, haciendo un llamado a la presidenta para que implemente estrategias más efectivas para el desarme de los grupos criminales y para garantizar la protección de las comunidades.
“Expresamos también la necesidad de tender puentes de diálogo que favorezcan a la unidad nacional, elemento indispensable para alcanzar la paz y el desarrollo integral que nuestro país anhela”, indicaron los líderes religiosos en su comunicado.
En cuanto a la crisis medioambiental, los obispos manifestaron su preocupación por la devastación de los recursos naturales del país, señalando la urgencia de adoptar medidas para proteger el medio ambiente. En este contexto, también reconocieron los esfuerzos del gobierno de Sheinbaum para atender las causas sociales que alimentan estos problemas, pero insistieron en que se necesitan estrategias más robustas y específicas.
El encuentro se da en un momento clave, ya que la presidenta asumió el cargo el pasado 1 de octubre, justo en medio de un México marcado por un contexto de alta violencia, corrupción, y desigualdad social. La Iglesia, que ha jugado un papel significativo en el debate público sobre estos temas, ha sido crítica en ocasiones respecto a las políticas de seguridad y derechos humanos del gobierno. De hecho, el pasado 1 de octubre, día en que Sheinbaum asumió la presidencia, la CEM le recordó a la mandataria algunas de las siete propuestas surgidas de los Diálogos por la Paz que la Iglesia ha impulsado a lo largo de los años.
Entre estas propuestas destacan la necesidad de fortalecer las instituciones de seguridad, desarrollar políticas de cuidado con enfoque de derechos humanos, reformar el sistema de justicia y penitenciario, así como atender la crisis de derechos humanos que afecta a amplios sectores de la población, especialmente en lo que respecta a la violencia de género y la desaparición forzada.
A lo largo de su campaña y en sus primeros días al frente del gobierno, Sheinbaum ha reiterado su compromiso con la seguridad y el bienestar de los mexicanos, por lo que este tipo de encuentros con actores clave de la sociedad civil, como la Iglesia, cobran gran relevancia. Si bien el diálogo con los obispos se dio en términos de respeto mutuo, los temas planteados reflejan las presiones que enfrenta la nueva administración para abordar problemas estructurales que siguen afectando a las comunidades más vulnerables del país.
Construcción de la paz y unidad nacional fueron, sin duda, los ejes centrales de la reunión, que podría marcar el inicio de una nueva etapa de colaboración entre el gobierno de Sheinbaum y la Iglesia católica en la búsqueda de soluciones para los grandes retos de México. Sin embargo, será necesario ver cómo se traducen estas preocupaciones en políticas concretas y si se logran avances significativos en la implementación de las estrategias que tanto la sociedad civil como las instituciones religiosas y políticas consideran prioritarias para el futuro del país.