El Índice de Competitividad Estatal 2025 pone en evidencia los contrastes del desarrollo económico en la región. Más allá de los discursos, el reto está en cerrar brechas estructurales.
Por Redacción Economía y Territorio | 16 de junio de 2025
Quintana Roo vuelve a colocarse en el radar del debate nacional tras la presentación del Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2025, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en un evento al que asistió el subsecretario de Desarrollo Económico, Antonio Benítez, en representación del titular de la SEDE, Paul Carrillo.
El informe —más allá de los titulares optimistas— arroja luces y sombras: el estado mantiene fortalezas clave en atracción turística e inversión extranjera, pero muestra rezagos preocupantes en seguridad, infraestructura logística y desarrollo tecnológico, lo que limita su potencial para convertirse en un polo económico integral y sostenible.
Plan México: oportunidad o discurso
Durante el evento, se hizo énfasis en cómo el llamado “Plan México”, promovido a nivel federal, podría traducirse en más inversión, empleo y crecimiento para regiones estratégicas como Quintana Roo. No obstante, expertos advierten que ese potencial sólo será aprovechable si se articulan políticas públicas más robustas, con énfasis en:
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Educación técnica y formación laboral
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Diversificación económica fuera del turismo
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Mejora de la gobernanza local y reducción de la informalidad
“El estado tiene ventajas comparativas evidentes, pero aún no logra convertirlas en ventajas competitivas sostenidas”, señala Mariana Ruiz, analista en desarrollo regional. “El ICE muestra que, aunque hay avances, el crecimiento económico no se distribuye de manera equitativa ni garantiza una mejora estructural de largo plazo”.
Los contrastes de una economía dinámica pero frágil
El índice coloca a Quintana Roo entre las entidades con mayor crecimiento económico en el último año, pero también entre las más vulnerables frente a la informalidad laboral, el deterioro urbano y la dependencia de un solo sector: el turismo. Esta dependencia quedó al descubierto durante la pandemia, cuando el desplome del sector provocó una caída histórica en empleo y bienestar social.
Por eso, el ICE 2025 es más que una fotografía: es una advertencia. Y también un mapa. Los indicadores de innovación, digitalización gubernamental y estado de derecho están por debajo de la media nacional, lo que condiciona la llegada de inversión sofisticada o el desarrollo de industrias emergentes.
Una nueva visión del desarrollo: más allá de lo inmediato
El subsecretario Benítez destacó que se trabaja con información estratégica para “hacer crecer la economía con rumbo y visión de futuro”. Sin embargo, organizaciones civiles y centros de investigación advierten que los planes deben bajar al territorio y traducirse en acciones tangibles que cierren brechas y mejoren la vida cotidiana de la población.
“La planeación no debe quedarse en el escritorio. Necesitamos políticas públicas que acompañen al pequeño negocio en Cancún, al emprendedor digital en Chetumal y al productor rural en Felipe Carrillo Puerto. Solo así la competitividad deja de ser un concepto técnico para convertirse en una realidad social”, subraya Ruiz.
Conclusión: los números ya hablaron, ahora toca responder
El ICE 2025 plantea un reto directo a las autoridades estatales: consolidar los avances, pero sin maquillar los rezagos. Si Quintana Roo quiere estar entre las economías líderes del país, deberá ir más allá de los slogans y sentar bases reales para un desarrollo económico sostenible, incluyente y con visión a largo plazo.
