PODER Y ESTADO PERFILES

Qué pasó para que Checo Pérez fuera patrocinado por Slim… una historia que viene desde su niñez, por José Antonio Cortés

‘Checo’ Pérez nació el viernes 26 de enero de 1990. A partir de ahí, afortunadas coincidencias, circunstancias y voluntades lo han conducido a las pistas

Sergio Pérez lleva toda su vida ligado a la Escudería Telmex, incluso desde antes de ser piloto. Relación que le ha brindado la oportunidad de competir, pero ¿cómo empezó este famoso binomio del deporte motor? Para entenderlo hay que remontarse al inicio de la vida del ahora piloto de Red Bull en la Fórmula 1.

Checo’ Pérez, quien el 26 de enero cumple 31 años de haber nacido en Guadalajara, Jalisco, en el seno de una familia por la que corría ‘gasolina’ en las venas prácticamente llegó al mundo para ser piloto.

Desde que su padre Antonio Pérez Garibay —también expiloto y representante de otros volantes mexicanos— adelantó su nacimiento, su destino estaba encadenado a los autos. Sí, Checo nació una semana antes de tiempo para que su padre se fuera a una carrera.

Resulta que papá ‘Toño’ trabajaba con el piloto Tomás López Rocha y tenía que acompañarlo a su competencia en las 24 Horas de Daytona, pero la fecha de la carrera (3 de febrero) se empalmaba con la fecha probable de parto de su esposa Marilú.

Así que Toño Garibay (como es conocido), de alguna manera, convenció al médico de su esposa para adelantar el nacimiento, vía cesárea, del que sería su tercer vástago, luego de Paola y Toñito, y así poder irse tranquilo a Daytona.Ese ‘sacrilegio’ de papá, que cabe mencionar le costó el enojo de su pareja durante un buen tiempo y siempre que recuerda el dolor posterior a la operación, tuvo como feliz producto al bebé Sergio Michel Pérez Mendoza, quien luego se convertiría en el quinto piloto mexicano en la Fórmula Uno.

Checo se robó la largada de la vida y nació ese viernes 26 de enero de 1990. A partir de ahí, afortunadas coincidencias, circunstancias y voluntades lo han conducido a las pistas.

La profecía del papá

Al fin hijo de un piloto que tuvo que dejar los autos para trabajar y sacar adelante la familia, Checo Pérez respiró el mundo racing desde siempre.

De trabajar con Tomás López Rocha, piloto de IMSA, Garibay pasó en 1994 a representar al legendario piloto mexicano de Indy Car, Adrián Fernández.

A la par, Antonio alentó a sus hijos Toño y Sergio a iniciar en el kartismo y ahí es cuando se cruzan las líneas y Checo Pérez conoce a Carlos Slim Domit, quien se convertiría en su patrocinador y mentor.

Papá Antonio fue, primero, quien invitó a Slim Domit a una carrera de Adrián Fernández, la Michigan 500 en 1996.

“La primera vez que fui a ver una carrera de Adrián fue en la Michigan donde Emerson Fittipaldi chocó durísimo y tuvo una lesión muy fuerte”, contó Slim Domit a ESPN Digital, en entrevista.

“Invité a Carlos (Slim) y lo llevé en vuelo comercial con Jorge Kamel a Michigan, de ahí luego nació el proyecto para que Telmex patrocinara a Adrián Fernández en la Serie CART”, relató por su parte Garibay, también en charla vía telefónica.

La familia Slim llevaba tiempo ligada al patrocinio de automovilismo deportivo con Sección Amarilla y Copa Marlboro (Philip Morris México era una de las empresas del ahora Grupo Carso), pero fue gracias al padre de Checo que ese interés entró de lleno a nivel internacional.

De la relación comercial siguió la amistosa. Con apenas 6 años, Checo conoció a Carlos Slim en el Autódromo de Toluquilla, cerca de Guadalajara, donde se llevaría a cabo una carrera de Indy Lights Panamericana.

‘Never Give Up’

A los 14 años, a Checo le impidieron competir en una carrera de gokarts, que era de apoyo al Gran Premio de CART en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Política y un contacto con otro piloto lo vetaron. Checo quería tirar la toalla, pero ahí surgió el primer apoyo grande de Telmex.

Carlos Slim Domit leyó una nota en el diario Esto, escrita por el veterano periodista Francisco Carmona Solís que narraba toda la injusticia que había sufrido Checo. Tras leer la nota, Slim le llamó a Pérez. Le propuso ayudarlo, pero que no volvería a correr en México. No quería, estaba decepcionado, pero aceptó.

“El automovilismo mexicano no estaría hoy donde está de no ser por Adrián Fernández, pero yo puse mi granito de arena para algunas cosas y estoy orgulloso de haber invitado a Carlos a esa carrera en Michigan, porque si no hubiera empezado todo ahí, nunca habría apoyado a Checo. Sin Carlos nada habría sido posible”, agregó Antonio Garibay.

Pérez se embarcó en la aventura de correr la serie Skip Barber en Estados Unidos con el equipo de Rolando Quintanilla bajo los colores de Telmex.

La filosofía de la Escudería Telmex siempre fue dar los elementos técnicos al piloto: auto y temporada completas, pero motivó a los jóvenes a trabajar patrocinios personales para costearse viáticos, viajes, hospedajes y gastos en general para presentarse en la pista.

El apellido Slim supone para algunos poco enterados y muy prejuiciados que los pilotos bajo su ala reciben “carretadas” de dinero y que tienen más apoyo que talento. Nada más alejado de la realidad.

De ese tema, Slim prefiere no hablar, le parece absurdo y poco informado que se haya dicho alguna vez que Sergio era un ‘pay driver’. Nadie llega a Red Bull con dinero, nadie. Tiene razón, el equipo busca al mejor piloto para sus fines y ese fue el mexicano.

Así, Checo viajaba con recursos familiares y empezaba entender que el camino no era pavimentado con rosas.

“Siempre le hemos dejado a los pilotos el espacio para que, con nuestra capacitación, presenten proyectos a otras marcas y aprendan a hacer el trabajo debajo del coche, que es tan o más importante que el que se hace dentro”, explicó Slim Domit.

“Con Checo nos tocó dormir en el auto que rentábamos para llegar a las pistas y comer puro McDonalds porque no habíamos conseguido aún otras marcas que nos apoyaran con la parte que nos tocaba en el proyecto. Sacrificios que hoy vemos con mucho orgullo, porque fueron reales”, dijo Garibay.

El éxito y la resiliencia de Pérez en Skip Barber le valieron la oportunidad de competir en la Fórmula BMW en Alemania. Una oportunidad que le brindaba de nuevo Telmex que no podía dejar pasar, así se tratara de embarcarse solo, a los 15 años y sin boleto de avión de regreso.

Como lo ha contado antes el propio Checo, la etapa en Alemania fue dura pero enriquecedora, algunas veces pensó en tirar la toalla, pero fue entonces que nació ese lema de “Never Give Up”, nunca darse por vencido.

“Creo que si algo ha distinguido a Checo de muchos otros pilotos que han intentado llegar a la F1 es su actitud, no sólo su talento, esa actitud que él mismo usa tanto ‘Never Give Up’ es real. Nunca se ha dado por vencido y además ha dado resultados, siempre, siempre. Nadie le ha regalado nada”, explica Slim.

El resto de la historia es más o menos más conocida. Checo pasó a la Fórmula 3 británica, la GP2 y luego, desde 2011 en la F1.

Hoy, Checo, con 31 años, lleva 17 de ellos bajo la ‘custodia’ de Slim y Telmex, una sociedad que promete dar todavía muchas alegrías al automovilismo mexicano.

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