Se analizaron los resultados de 39 pacientes hospitalizados con COVID-19 grave que recibieron transfusiones de “plasma convaleciente” frente a otras personas con un estado médico similar.
Los enfermos graves de COVID-19 que recibieron plasma de alguien que se recuperó de la enfermedad tenían más probabilidades de estabilizarse o necesitar menos soporte de oxígeno que otros pacientes similares, de acuerdo a un pequeño estudio estadounidense publicado el viernes.
El estudio mostró una tendencia hacia mejores tasas de supervivencia, pero el número de pacientes fue pequeño y los resultados no pueden interpretarse como aplicados a pacientes con ventiladores mecánicos, según los investigadores del Mt. Sinai Medical Center de Nueva York.
Se analizaron los resultados de 39 pacientes hospitalizados con COVID-19 grave que recibieron transfusiones de “plasma convaleciente” frente a otras personas con un estado médico similar.
Casi el 70% de los 39 pacientes recibía oxígeno de alto flujo y el 10% ventilación mecánica. Después de dos semanas, la enfermedad empeoró en el 18% de los pacientes con plasma y en el 24% de los pacientes de control.
Hasta el 1 de mayo, casi el 13% de los receptores de plasma habían muerto, en comparación con más del 24% del grupo control, con el 72% y el 67%, respectivamente, dados de alta.
Las personas que sobreviven a una enfermedad infecciosa como COVID-19 se quedan con anticuerpos en la sangre, o proteínas producidas por el sistema inmunológico para combatirla. El componente sanguíneo que transporta los anticuerpos se puede recolectar y administrar a pacientes recién infectados y es conocido como “plasma convaleciente”.
Hospitales de todo el mundo han estado utilizando plasma donado por pacientes recuperados con COVID-19, pero ha habido poca información sobre la efectividad del tratamiento.