Por: Joaquin Pacheco Cabrera
Indiscutiblemente, Mara Lezama llegó a cada uno de sus cargos de elección con niveles de popularidad muy altos, pero a diferencia de muchos otros políticos que en su momento alcanzaron también el poder con elevadas cotas de estimación ciudadana, no se desubicó ni perdió la mira en lo más importante, que es la gente. Así, encabezó dos sucesivos gobiernos municipales en Benito Juárez bajo un enfoque eminentemente humanista, congruente con su trayectoria de luchadora social, que la llevaron a ser hoy la Gobernadora Constitucional del Estado.
En su su segundo mes a cargo de la administración estatal, ha evidenciado que sigue y seguirá siendo la misma Mara Lezama que conocemos, la misma que gobernó Cancún con los pies en la tierra, la misma que gestionó incontables apoyos a través de sus programas radiofónicos y en la televisión. Es la misma Mara de siempre, que atiende a la gente de manera personal, que es capaz de sentarse durante horas con madres de personas desaparecidas, pues ella misma, como madre de familia, entiende ese dolor que atraviesan por la falta de resultados de la Fiscalía General del Estado para localizar a sus seres queridos.
Con largos años de trayectoria como gestora social, está en su elemento, pues es consciente de que la gestión constituye un elemento clave para poder gobernar, y todas sus visitas a la Ciudad de México con ese cometido han resultado exitosas y de gran importancia para el estado; una de las más recientes logró el compromiso de la Marina de mandar a 200 elementos para coadyuvar a preservar la seguridad de los quintanarroenses.
Mara no ha perdido el tiempo en señalamientos o en culpabilizar a la administración pasada, ni hace leña del árbol caído, algo que caracterizó al exgobernador Carlos Joaquín, quien perdió tiempo en intentar encarcelar a muchos de los exfuncionarios que acompañaron a Roberto Borge. La diferencia ahora es abismal; de hecho, hoy se vence el plazo de los actuales funcionarios para hacer las observaciones pertinentes sobre el ejercicio de sus antecesores.
La gobernadora ha sido también muy respetuosa de la actuación del fiscal y del auditor superior del estado, ambos electos por el Congreso e impuestos por el anterior gobernador; es de recordarse, en contraparte, que Carlos Joaquin forzó la salida del exfiscal Carlos Arturo Álvarez Escalera y del exauditor Javier Zetina y su suplente, Hugo Bonilla.
Quintana Roo cuenta hoy con una gobernadora auténticamente humanista; basta decir que entre ella y la ciudadanía no hay ninguna barrera que obstruya el diálogo y la cercanía, que la gente la aprecia y la quiere, por lo mucho que le ha brindado a los que menos tienen; ese es el motivo del Nuevo Acuerdo por el Bienestar y Desarrollo de Quintana Roo, ese es el origen de la propuesta que remitió al Congreso del Estado para disminuir recursos a los organismos autónomos y a los poderes Legislativo y Judicial; todo esto, sin descuidar al sector empresarial y haciéndose responsable de la deuda que tiene el Estado.
Va, de paso, un consejo para la gente que la rodea: si la gobernadora acude a presenciar los partidos de futbol del Mundial por algunas colonias del estado, permítanles a ella y a las familias de esos lugares que convivan e interactúen, pues esa es precisamente su intención al ir allí, lo más adecuado es que los funcionarios la apoyen para atender a la gente que asiste a ver el partido, de esa forma se verían mucho mejor, en vez de hostigarla queriendo estar siempre a su lado tomándose selfies…
Sigamos a la gobernadora mañana en el partido de futbol de México contra Argentina, lo mejor para nuestra selección y qué mejor manera de presenciarlo que en compañía de nuestras autoridades, en un ambiente de cordialidad, sencillez y cercanía.