Por Joaquín Pacheco Cabrera
La llegada a Cancún, la mañana del sábado, del primer vagón del Tren Maya representó un golpe de realidad para los opositores a ultranza y todos aquellos agoreros que no solo vaticinan, sino que desean con todas sus fuerzas el fracaso del proyecto más emblemático, importante y querido del presidente Andrés Manuel López Obrador, cegados ante la trascendencia de esta megaobra que será punta de lanza de una nueva era de desarrollo para Quintana Roo y, por ende, para México.
De visita en Quintana Roo, como lo hace con frecuencia para supervisar personalmente el avance de los trabajos del Tren Maya, el presidente arribó al taller de la estación Cancún, a espaldas del Aeropuerto Internacional, para presenciar la llegada del vagón, hecho que consideró “un momento estelar e histórico”, por el cual agradeció “a toda la gente que está participando, desde obreros, ingenieros, funcionarios”.
También presente en el lugar, la gobernadora Mara Lezama Espinosa dio el banderazo de llegada del vagón, primero de un convoy de cuatro, luego de recorrer mil 943 kilómetros desde Ciudad Sahagún, en el estado de Hidalgo, durante un traslado en el que participaron más de 80 personas, quienes durante 24 horas viajaron para cumplir con el tiempo estimado de llegada.
Juntos, presidente y gobernadora recorrieron el interior del primer vagón hecho por manos mexicanas, donde Mara destacó la emoción que se vive en el corazón de los quintanarroenses ante este nuevo logro de la magna obra que, reiteró, traerá prosperidad al sur de México, pues representa para Quintana Roo un inestimable impulso para avanzar más rápido, en el marco del Nuevo Acuerdo por el Bienestar y Desarrollo establecido por ella.
“El tren de la justicia social nos traerá bienestar y prosperidad a todo el sureste mexicano”, subrayó.
El vagón ingresó al taller y cochera de la estación Cancún donde, junto con tres más cuya llegada era inminente este fin de semana, para armar el primer tren con el cual se realizarán las primeras pruebas dinámicas hasta el 1 de septiembre, cuando se tiene prevista una gira de supervisión desde Campeche hacia Mérida, Chichén Itzá y Cancún, y así tenerlo listo para su inauguración, que se llevará a cabo en diciembre de este año, una meta repetidamente expresada por el presidente López Obrador —y que se hará“llueva, truene o relampaguee”, ha dicho—.
Así, pese a todos los obstáculos que se han interpuesto en su camino, y con todo el pesar de los incrédulos, es “bola cantada” que el Tren Maya será una más de las promesas cumplidas del mandatario federal, que se sumará a las otras obras emblemáticas que se llevan a cabo en la entidad, como el Puente Nichupté en la zona hotelera de Cancún, la construcción del Distribuidor Aeropuerto y la avenida Chac Mool y la rehabilitación del bulevar Luis Donaldo Colosio, proyectos estratégicos que, en conjunto, representarán un parteaguas para el desarrollo social con prosperidad compartida en Quintana Roo, que es el objetivo principal del gobierno de Mara Lezama, y que sin duda alguna habrá de alcanzar a todo el sureste de México. ¡Enhorabuena para todos!
