Por: Joaquin Pacheco Cabrera
Hablar de Laura Fernández Piña es personificar a una auténtica mujer de lucha en el ámbito político, pues en realidad no la ha tenido fácil para alcanzar los cargos públicos que ha ocupado a lo largo de su carrera.
Si bien al principio le adjudicaban los logros obtenidos a su parentesco con la exdiputada federal Addy Joaquín, con el paso del tiempo supo acallar a sus críticos al demostrar que es una excelente operadora política por méritos propios.
Pero no todo han sido triunfos en el camino, ya que también ha probado el sabor de la derrota, cuando contendió para ser diputada federal, en aquel tiempo con el Partido Revolucionario Institucional, elección que ganó el PRD con una figura totalmente desconocida, pero escudada por el entonces invencible membrete de AMLO tras las siglas del Sol Azteca.
Pasó el tiempo y lo mejor que les pudo pasar, tanto a Laura Fernández como al naciente municipio de Puerto Morelos, fue ganar la presidencia municipal. A su arribo, Puerto Morelos era tan sólo una comunidad pintoresca, conocida por la calidez de sus habitantes, una bien ganada fama difundida de boca en boca y que sigue persistiendo, pero en pocos años Laura transformó ese pueblo en una moderna urbe en todos los sentidos, convirtiéndolo en un destino emblemático para el turismo internacional, con base en un bien estructurado proyecto de trabajo que, gracias a sus finanzas sanas, ha ejercido obras de calidad para los portomorelenses.
Hoy en día Laura tiene aspiraciones naturales, y muy merecidas, para buscar contender por un espacio en la legislatura federal, esta vez abanderada por el Partido Verde, el cual es actualmente aliado de Morena, el partido del presidente López Obrador, así que –paradojas de la política– la circunstancia que antaño fue la causa de su derrota esta vez puede representarle un apoyo para hacerse de un nuevo triunfo en su carrera.
Escríbenos: wachito1976@gmail.com