PODER Y ESTADO PERFILES

Un estudio halló que las mujeres crean respuestas inmunitarias innatas y adaptativas que las pueden hacer vulnerables a enfermedades autoinmunes prolongadas

El COVID-19 persistente no afecta por igual a hombres y mujeres, pues para ellas las probabilidades de sufrir esta enfermedad son 22 por ciento mayores y además tienen síntomas sustancialmente diferentes.

Una investigación indica que en el caso de las mujeres los síntomas incluyen más problemas de oídonariz y garganta; trastornos del estado de ánimo, neurológicos, de la piel, gastrointestinales y reumatológicos, así como fatiga.

Sin embargo, los hombres son más propensos a sufrir trastornos endocrinos, como diabetes, y de tipo renal, según el estudio, que revisó datos de 1.3 millones de personas en Estados Unidos.

El COVID-19 persistente hace que el enfermo siga teniendo complicaciones cuatro semanas después de la infección inicial por SARS-CoV-2 y los síntomas pueden prolongarse durante meses.

El texto, publicado en Current Medical Research and Opinion, está firmado por investigadores del equipo de salud de la mujer de la Oficina del Director Médico de Johnson & Johnson, quienes destacan la dificultad de encontrar en los estudios revisados datos diferenciados por sexos.

Sin embargo, consideran “crucial” conocer las diferencias fundamentales entre sexos que subyacen a las manifestaciones clínicas, la progresión de la enfermedad y los resultados de salud de COVID-19.

Conocer esas diferencias sirve para “la identificación y el diseño racional de terapias eficaces e intervenciones de salud pública que incluyan y sean sensibles a las posibles necesidades de tratamiento diferenciales de ambos sexos”, explican.

Además, la variación en la función del sistema inmunitario entre mujeres y hombres “podrían ser un factor importante” de las diferencias de sexo en el síndrome de covid persistente.

El equipo argumenta que las mujeres crean respuestas inmunitarias innatas y adaptativas “más rápidas y fuertes, que pueden protegerlas de la infección inicial y de la gravedad”, pero que les puede hacer más vulnerables a las enfermedades autoinmunes prolongadas.

De los 640 mil artículos revisados por los autores, solo 35 incluían datos desglosados por sexo con suficiente detalle sobre los síntomas y las secuelas de COVID-19 para entender cómo las mujeres y los hombres “experimentan la enfermedad de forma diferente”.

Muchos estudios han examinado las diferencias de sexo en la hospitalización, el ingreso en UCI, la ventilación y la mortalidad, pero la investigación sobre las afecciones específicas que provoca el virus y sus daños a largo plazo en el organismo han sido poco estudiadas en lo que respecta al sexo, agregan los autores.

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