La exposición a pantallas de celulares y tabletas en menores puede ser peligroso, según UNAM
La exposición a pantallas en menores de edad puede tener consecuencias perjudiciales, por lo que expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recomiendan alejar dispositivos como celulares o tabletas a los más pequeños del hogar.
Mariana Viruega, experta de la Facultad de Psicología de la UNAM, precisó que en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales, “hasta el momento sólo se considera al juego patológico y al trastorno de juego por internet como trastornos diferentes al consumo de sustancias o comportamientos adictivos”.
“Normalmente los investigadores y médicos consideran que la cantidad de tiempo en una actividad, como el uso de pantallas o dispositivos digitales, es de suma importancia para distinguir lo que es normal de lo que no es saludable.
¿Cuáles son las consecuencias por la exposición a pantallas en menores de edad?
Desde la perspectiva de Mariana Viruega, lo más importante es evaluar los hitos de desarrollo, es decir, “qué criterios se alcanzan según la etapa de desarrollo en la que se encuentran”, destacó. En este sentido, se observa si hay síntomas de trastorno específico para evitar patologizar cualquier conducta.
La experta de la UNAM distinguió los trastornos en excesos conductuales, pues los menores de edad podrían relacionar el la exposición a pantallas en menores con un escape de su contexto, lo cual también está vinculado con prácticas inadecuadas de crianza.
“Las estrategias de crianza inconsistentes y poco efectivas en relación al manejo de estos dispositivos son las que provocan un impacto en el estado emocional de niños y adolescentes”Mariana Viruega
Los trastornos más comúnes por el uso excesivo de pantallas
- Problemas de sueño
- Baja en el rendimiento académico
- Obesidad
- Sedentarismo
- Depresión
- Ansiedad
Cada uno de los trastornos enlistados puede derivar en uno diferente, pues la obesidad puede provocar comentarios negativos, lo que a la postre producirá trastornos conductuales y psicológicos. “Hay que detectar cualquier anomalía del desarrollo o conducta para poder abordarla y prevenir situaciones más graves a futuro”, enfatizó Viruega.
Los efectos positivos de la exposición a pantallas en menores
La constante exposición a pantallas en menores se trata, en la mayoría de las ocasiones, a una dependencia a videojuegos, aunque por la pandemia del COVID-19, las niñas y los niños se vieron en la necesidad de recurrir a estos aparatos para continuar con su educación. Este fenómeno también tiene sus beneficios.
“Algunos videojuegos fomentan la regulación emocional y no sólo eso: también habilidades visoespaciales y capacidades de concentración. Pero debemos tener cuidado con el uso excesivo de pantallas; es necesario un balance. Los padres deben involucrarse y encontrar este acompañamiento con sus hijos”.
Hugo Sánchez Castillo, investigador de la Facultad de Psicología, afirmó que el uso prolongado de pantallas y la luz que utilizan generan una conexión con el sistema nervioso que podría provocar el aumento o disminución en la producción de hormonas en el cuerpo de los menores.
“Una de las cuestiones que permiten la maduración de nuestro cerebro es justamente el ritmo circadiano”.Hugo Sánchez Castillo
Al respecto de la exposición a pantallas en menores de edad, la Academia Americana de Pediatría (AAP) emitió una serie de recomendaciones a padres de familia para regular el uso de aparatos electrónicos en sus hijas e hijos:
- Para los niños menores de 18 meses, evite el uso de medios de pantalla que no sean video-chat. Los padres de niños de 18 a 24 meses de edad que quieran introducir medios digitales deben elegir una programación de alta calidad y verla con sus hijos para ayudarlos a comprender lo que están viendo.
- Para niños de 2 a 5 años, limite el uso de la pantalla a 1 hora por día en cuanto a programas de alta calidad. Los padres deben ver los medios junto con los niños para ayudarlos a comprender lo que están viendo y aplicarlo al mundo que los rodea.
El último de los problemas, de acuerdo con los especialistas de la UNAM, es que la pandemia del COVID-19 obligó a los niños y niñas a usar aún más estos aparatos, lo que redujo considerablemente la actividad física, lo que podría traer problemas cardiovasculares a largo plazo.