La primera dama de Estados Unidos expresa su satisfacción por el honor de su rol, pero también comparte su desilusión por el final de su etapa en la Casa Blanca.
15 de enero de 2025
Jill Biden se ha despedido de la Casa Blanca con sentimientos encontrados. En una entrevista publicada hoy por The Washington Post, la primera dama de Estados Unidos expresó que se va “en paz”, pero con una fuerte sensación de “decepción” por cómo se desarrolló el final de su mandato y el de su esposo, el presidente Joe Biden.
La esposa del presidente no ocultó su frustración al reflexionar sobre los últimos meses de su estancia en la residencia presidencial. “Digamos que me decepcionó cómo se desarrolló todo”, comentó Jill Biden, refiriéndose a la disputa interna que sacudió al Partido Demócrata y que resultó en el fin de la candidatura presidencial de Joe Biden en las pasadas elecciones.
Durante la entrevista, la primera dama agregó que este proceso le enseñó lecciones importantes sobre la naturaleza humana, sin entrar en más detalles sobre las tensiones internas que marcaron el final de la administración Biden.
Uno de los momentos que Jill destacó como especialmente difíciles fue la declaración de la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, amiga cercana de los Biden. Pelosi había afirmado que la decisión de continuar o no en la carrera presidencial debía ser tomada por el propio presidente. Esto ocurrió en un contexto delicado, en el que las críticas sobre la edad del presidente y su desempeño en el debate electoral contra Donald Trump comenzaban a empañar la imagen de su candidatura.
A lo largo de la entrevista, Jill Biden subrayó una característica clave de su marido: su “capacidad increíble para perdonar” y su total incapacidad para guardar rencor. Esto, según ella, la convierte a ella misma en “la rencorosa” dentro de la pareja, una reflexión que aportó un toque personal al relato de sus experiencias en la Casa Blanca.
El verano pasado fue un periodo especialmente complicado para la familia Biden, marcado por el escándalo judicial de Hunter Biden, el hijo del presidente, quien fue declarado culpable de posesión ilegal de armas. Jill recordó con pesar los efectos que esta situación tuvo en la familia, añadiendo que, a pesar de los esfuerzos por seguir adelante, los problemas personales y políticos afectaron profundamente la dinámica de la administración.
Eventualmente, el presidente Biden decidió retirarse de la carrera presidencial en agosto, cediendo el testigo a la vicepresidenta Kamala Harris, quien, sin embargo, fue derrotada en las elecciones por Donald Trump.
A pesar de todo lo vivido, Jill Biden no dejó de reconocer el honor que significó para ella haber sido la primera dama de Estados Unidos. “Ha sido el honor de mi vida”, concluyó con gratitud, a pesar de las sombras que ensombrecieron el final de su etapa en la Casa Blanca.
Con esta despedida, Jill Biden deja atrás un capítulo lleno de desafíos y momentos difíciles, pero también de importantes lecciones personales y políticas, mientras el país se prepara para una nueva etapa bajo el liderazgo de Kamala Harris.