Grillos and Gillos
por Joaquín Pacheco Cabrera
Este fin de semana en Quintana Roo se entrelazaron tres eventos que reflejan el panorama complejo de nuestro estado: un momento de reflexión histórica, una disputa de transporte que no termina y la triste despedida de un líder social.
Comenzamos con la celebración que, por un lado, nos invita a mirar con orgullo nuestro pasado. La gobernadora Mara Lezama conmemora los 122 años de la creación del Territorio Federal de Quintana Roo, un hecho que marcó el comienzo de lo que hoy es un estado próspero, dinámico y fundamental para la economía nacional. Es cierto que, como todo territorio, hemos atravesado desafíos y momentos difíciles, pero también es innegable que nuestra identidad como quintanarroenses está tejida con los logros de cada habitante, cada comunidad que ha contribuido al crecimiento de esta tierra. Sin embargo, este aniversario nos invita también a pensar en los desafíos que aún quedan por superar. No basta con mirar al pasado con nostalgia, es necesario seguir construyendo un futuro próspero para las nuevas generaciones que habitarán esta tierra.
Pero mientras celebramos este aniversario, en las calles de Cancún y en el aeropuerto de Tulum, otra realidad sigue sin resolverse. Los taxistas, como ya es costumbre, volvieron a mostrar su descontento con la competencia de plataformas como Uber. Esta vez, sin embargo, la situación escaló a un nuevo nivel. En una escena vergonzosa, los taxistas se enfrentaron de manera violenta frente a los turistas, lo que no solo causó incomodidad y temor, sino que también se convirtió en un episodio viral a nivel internacional. La imagen de nuestra ciudad, que vive del turismo, quedó manchada por un conflicto que no tiene sentido y que debería haberse resuelto con dialogo y acuerdos, no con agresiones. Aún más alarmante fue el caso en el que algunos taxistas confundieron a turistas con presuntos conductores de Uber, generando aún más caos. Este tipo de actitudes no solo afectan la imagen de Cancún y Tulum, sino que también evidencian una falta de madurez y visión de futuro para el sector del transporte.
Es fundamental que las autoridades tomen cartas en el asunto. No se trata solo de resolver un conflicto entre taxis y plataformas digitales, sino de garantizar la seguridad y bienestar de los ciudadanos y turistas. La competitividad y la libre elección son valores fundamentales de cualquier economía moderna, y las autoridades deben encontrar una solución que permita a todas las partes convivir en un marco de respeto mutuo.
Finalmente, la noticia más dolorosa del fin de semana fue el fallecimiento de Don Marciano Toledo, un hombre que se definió por su lucha constante por el bienestar social de su comunidad. Fundador del municipio de Solidaridad, Chano fue un líder en todas sus dimensiones, un hombre comprometido con los más necesitados y con un enfoque humanista en su visión del desarrollo local. Su legado es un ejemplo claro de lo que significa poner a la comunidad por encima de los intereses personales. Para aquellos que tuvimos la fortuna de conocerlo, su partida representa no solo la pérdida de un gran líder, sino también el vacío de una voz que siempre abogó por la justicia social.
El legado de Don Chano Toledo es el reflejo de los valores fundamentales de nuestra sociedad: el trabajo incansable por el bienestar de los demás, la solidaridad y el respeto a quienes nos rodean. Su muerte nos recuerda que, aunque los líderes se van, las causas por las que lucharon siguen vivas. En Solidaridad, y en todo Quintana Roo, su nombre permanecerá grabado en la memoria de todos aquellos que supieron reconocer su incansable esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de su comunidad.
Mientras celebramos la historia y luchamos por resolver los problemas del presente, también es importante recordar a aquellos que, con su dedicación y esfuerzo, dejaron una huella imborrable en nuestra sociedad. La muerte de Don Marciano Toledo deja un vacío difícil de llenar, pero su legado continuará inspirando a las futuras generaciones. A su familia y seres queridos, nuestras más sinceras condolencias. Y a todos nosotros, una reflexión: es momento de poner más atención a los retos sociales y de liderazgo que enfrenta nuestro estado, para que podamos construir juntos un Quintana Roo más justo, solidario y próspero.