Las nuevas funciones se encuentran entre los anuncios que Google Cloud hizo el martes para dar inicio a su conferencia anual para clientes, que este año se realiza de forma virtual por la pandemia. Reuters.- Google de Alphabet Inc. informará a sus clientes de la nube las emisiones de carbono de su uso y abrirá imágenes satelitales a esos suscriptores por primera vez para un análisis ambiental, parte de un impulso para ayudar a las empresas a rastrear y reducir los presupuestos de carbono. Las nuevas funciones se encuentran entre los anuncios que Google Cloud hizo el martes para dar inicio a su conferencia anual para clientes, que este año se realiza de forma virtual por la pandemia. Google, Microsoft y Amazon.com, los principales proveedores de nube de Occidente, han estado compitiendo en ofertas de sostenibilidad durante años. Su objetivo es dar servicios a empresas que están bajo presión de las partes interesadas para que reconsideren sus operaciones a la luz del cambio climático. La nueva herramienta de informes de huella de carbono de Google, similar a la que ya ofrece Microsoft, muestra las emisiones asociadas con la electricidad que se utilizó para almacenar y procesar los datos de un cliente. Además, Google ahora advertirá a los clientes cuando estén desperdiciando energía en servicios inactivos en la nube.
La nueva oferta de mapas, Google Earth Engine, había sido utilizada por decenas de miles de investigadores, gobiernos y grupos de defensa desde 2009. Pero ahora Google está permitiendo que las empresas accedan al servicio, que incluye muchos conjuntos de datos geoespaciales enormes como Landsat y el software necesario para analizarlos. Amazon tiene una iniciativa similar.
“Esto es algo de lo que ahora nos hemos dado cuenta que es aplicable a muchas de estas oportunidades comerciales”, dijo Jen Bennett, directora técnica de Google Cloud.
Earth Engine podría ayudar a garantizar que las cadenas de suministro sean sostenibles y predecir los desafíos operativos de las condiciones climáticas extremas, según Google.
Unilever, que probó la tecnología durante los últimos 12 meses, examinó sus fuentes de aceite de palma en Indonesia, aunque no se pudo saber si eso condujo a cambios en las prácticas.