Sobre reformas a la Ley de Fomento para la nutrición y el combate del sobrepeso, obesidad y trastornos de la conducta alimentaria para el Estado de Quintana Roo.
Recomendaciones y Postura de la Nutrición a través del Colegio de Nutrición de Quintana Roo.
El 36% de la población de Quintana Roo, lo suman los niños, las niñas y adolescentes, de los cuáles, de acuerdo con las encuestas de salud y nutrición, el 39.1% de entre 5 y 11 presento sobrepeso + obesidad, mientras que, en 2018, los adolescentes presentaron un 22.8% de Obesidad exclusivamente, ocupando el 3er lugar nacional solo después de colima y Veracruz y rebasando la media nacional de 14.6%.
A nivel nacional, se estimó que cerca del 84% de los menores de 19 años consumen bebidas no lácteas azucaradas y cerca del 64% consume botanas, dulces y postres de elevado contenido energético.
Diversos estudios realizados por el INSP, el INCMNSZ, IMSS, ISSSTE y universidades, han presentado asociaciones entre el consumo de productos ultraprocesados de alto aporte energético y bajo aporte nutrimental con la prevalencia de sobrepeso y obesidad en menores. Por ejemplo, en 2007 González y Colaboradores refirieron que el consumo de productos industrializados en preescolares aportó más del 39% de la energía total diaria
La relación entre obesidad y la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes y la hipertensión, también ha sido demostrada en diversos estudios a nivel nacional e internacional.
Y sobre esto, es importante recalcar y lo vemos en la evolución de las encuestas de salud y nutrición desde 2006 hasta la de 2018, que la prevalencia de sobrepeso y obesidad no ha sido exclusiva de un grupo de edad, sino que se hace presente desde la infancia hasta la adultez, es decir, los niños que desarrollan obesidad tienen mayor probabilidad de mantener esta obesidad en la etapa adulta.
El desarrollo de la obesidad tiene un origen multifactorial, con carga genética, sin embargo, La dra. Tejero, del instituto nacional de medicina genómica de México, refiere en una revisión bibliográfica, que el porcentaje genético conocido de la obesidad es muy pequeño y sobreestimado, y que más bien podría implicar mayor contribución del factor ambiental.
Por ejemplo, el costo social relacionado con la obesidad en 2012 para el sector salud, ocupó entre un 73 a 87% del presupuesto programable en salud en general, solo considerando los costos de la diabetes no insulinoresistente, es decir, casi todo el presupuesto fue destinado a la atención de la diabetes y sus complicaciones. La atención de la enfermedad y sus complicaciones afecta también a sector empresarial, debido a la disminución de la productividad de los empleados por ausencia temporal o definitiva.
Entonces tenemos una cadena de problemas que se desencadenan desde la infancia y que pueden y deben ser tratados desde antes de su aparición.
El requerimiento de energía de varía desde un promedio de 1,100kcal en menores de 5 años, 1700 entre los 6 y 11 años, hasta 2500 a 3000kcal en el caso de adolescentes, según la tasa de crecimiento, de los cuáles el aporte de azúcares simples (identificados como azúcares añadidos en los productos ultra procesados y no los mono y disacáridos propios de los alimentos naturales) no debe ser mayor al 5% del valor energético total, es decir, 14, 21 y 31 gramos respectivamente.
Por ejemplo, de acuerdo con la procuraduría federal del consumidor, un platillo de 3 enchiladas verdes con todos sus ingredientes extra, aporta un promedio de 450kcal, mientras que un desayuno o refrigerio de productos ultraprocesados conformado por una fritura a base de papa de 50g, un jugo de naranja envasado de 240ml, una pieza de pan de 50g y una golosina de chocolate de 20g aporta cerca de 630 kcal, con un total de 37 gramos de azúcares añadidos, además de contener altas cantidades de sodio, aditivos químicos y demás sustancia no naturales del alimentos, aspectos importantes a considerar en el concepto de “Nutrición y alimentación saludable”
La actividad física, si bien es un factor determinante, no es suficiente para contrarrestar los efectos de una alimentación inadecuada, además de que el confinamiento actual ha afectado de manera importante en los niños, puesto que se ha puesto por encima la reapertura de actividades de ocio para adultos, mientras que los espacios recreativos para niños han quedado relegados.
En materia de Salud Pública, políticas y nutrición, es importante señalar que es responsabilidad del sistema legislativo y ejecutivo, como bien se hace mención en 3 de las iniciativas que se debaten en este foro, el proporcionar las condiciones que garanticen los derecha salud de las niñas y niños, como se indica Constitución Política de los Ustados unidos Mexicanos, en la Constitución Política del Estado de Quintana Roo, documentos regidores por excelencia, así como la Ley de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes del Estado, fundamentadas en la Convención sobre los derechos de los niño promulgada por la UNICEF.
Por lo tanto, es responsabilidad de los gobiernos e instituciones de salud, la creación de entornos saludables que garanticen el derecho a la salud y la nutrición. Por ejemplo, limitar la venta de estos productos fuera y lejos de las escuelas, no ha sido suficiente para disminuir el problema.
Como se hace referencia en la iniciativa del Lic Batún y colaboradores, también incidir en la Ley de Orden Cívico para garantizar la correcta aplicación de estas políticas, pues tenerlas a modo de sugerencia, no va a resolver nuestro problema hoy.
Se ha mencionado en este espacio la educación alimentaria vista desde el nivel de sensibilización y modificación de hábitos a nivel individual, y esto ya se hace en los programas estatales (Programa de Promoción a la Salud, Alimentación y Actividad Física; Programa de Promoción a la Salud, Determinantes Sociales) pero que, de igual manera, no han sido suficientes ya que no favorecen espacios completamente saludables.
Conclusiones
- Como se menciona en las leyes y convenios: La atención a la salud de los niños y niñas es la principal prioridad, cosa que no se está cumpliendo
- La restricción podrá impactar en cierta manera a los negocios, pero nunca podrá ir por encima de la prioridad en salud, por lo que deberán establecerse otras estrategias que puedan ayudar al sector económico.
- La educación a nivel de sensibilización ante una pandemia de sobrepeso y obesidad, en conjunto con la pandemia por SARS-Cov es insuficiente y se requieren medidas más fuertes que complementen y favorezcan la educación alimentaria.
- Se necesita entender la importancia del individuo sano como aquel que se encuentra en armonía física, mental y social con su medio ambiente, de tal manera que pueda contribuir con su trabajo productivo en la sociedad.
- Los niños, las niñas y los adolescentes que hoy enfrentan estos problemas, en 10 – 15 años serán adultos con enfermedades irreversibles y, por tanto, con menor productividad económica, aumentando el costo social en salud.
- Infiriendo en la relación entre obesidad y diabetes, podemos imaginar cuantos de estos futuros adultos con obesidad desarrollarán diabetes, sumados a los ya existentes hoy en día y que, a la luz de la nueva información que podamos obtener, se sumarán las complicaciones relacionadas con la enfermedad de Covid-19.
- La responsabilidad de la alimentación es de los ascendentes, tutores y custodios, no de los niños.
- Y entonces, se hace referencia, por ejemplo, a que los cuidadores optan por darle dinero en lugar de alimentos saludables, ya sea por desconocimiento o por falta de tiempo debido a los horarios laborales (los cuales sabemos que tienen una fuerte carga en nuestro estado), por lo que limitar la compra de los productos mencionados por parte de los infantes, será de gran ayuda en el cuidado familiar.
- Necesitamos entonces, crear esos ambientes sanos que permitan la elección y decisión informada de alimentos saludables, que sean accesibles y que estén disponibles para la población, y, en el marco de este foro, de las niñas y niños.
- Además de que se debe integrar en estas iniciativas propuestas por nuestros diputados, en su mayoría presentes hoy, los lineamientos que cubran ampliamente las características de dieta correcta, vigilando con mayor énfasis la calidad nutricional, por encima de la cantidad.
- Debemos dejar de normalizar el consumo de estos productos en los niños, visibilizar la problemática real, y recordar que no se trata de un ataque a un sector social como es el empresarial, sino una petición urgente de trabajar en equipo y buscar otras alternativas que no se contrapongan a la salud de la población.
- Los niños, las niñas y los adolescentes se están desarrollando hoy, su salud no puede esperar a mañana, necesitamos intervenir en este momento.
- A manera de conclusión, el Colegio de Nutrición de Quintana Roo, se encuentra abierto y a disposición para participar a mano con el sistema legislativo, para brindar la asesoría y apoyo necesario en materia de nutrición y alimentación, con el compromiso de mejorar la calidad de vida de los Quintanarroenses.