Europa había intentado impulsar una unificación de cargadores desde 2009, año en el que se llegó a un acuerdo voluntario con fabricantes de dispositivos móviles que permitió reducir de 30 a tres los cargadores existentes en el mercado.
La comisión de Mercado Interior del Parlamento Europeo se mostró este miércoles partidaria de que todos los dispositivos de tamaño pequeño y medio en la Unión Europea puedan cargarse con cables de puerto USB-C con vistas a facilitar la vida a los consumidores y reducir los desechos que genera la industria de los dispositivos móviles.
El voto de este miércoles, que prosperó por 43 votos a favor y dos en contra, según un comunicado del Parlamento, fija la posición de esta institución para la próxima negociación con el Consejo (los países), que ya habían decidido su postura el pasado mes de enero; esto significa que, una vez la Eurocámara confirme en pleno su posición, las conversaciones para definir la forma final de la legislación podrán comenzar.Bruselas había intentado impulsar una unificación de cargadores desde 2009, año en el que se llegó a un acuerdo voluntario con fabricantes de dispositivos móviles que permitió reducir de 30 a tres los cargadores existentes en el mercado: el USB 2.0 Micro B, el USB-C y el Lightning, exclusivo de Apple.
El pacto expiró en 2014 y Bruselas no logró el objetivo de que uno de ellos permaneciera como cargador universal, pero volvió a presentar en septiembre de 2021 la propuesta que ahora se debate en las instituciones europeas para conseguir un estándar único para el puerto del dispositivo que permita a los consumidores utilizar el mismo cargador.
Este estándar se aplicaría a dispositivos como teléfonos móviles, tabletas, cámaras digitales, auriculares, consolas de mano o altavoces portátiles, si bien no a aquellos demasiado pequeños como para tener un puerto USB-C, como algunos relojes inteligentes. Los eurodiputados pedirán durante la negociación que los dispositivos tengan un etiquetado claro sobre las opciones de carga e información que deje claro al consumidor si el paquete que está comprando incluye un cargador, para que pueda decidirse por una opción más favorable sin el cable adicional si, por ejemplo, ya tiene uno en casa de otro dispositivo.
La Eurocámara también quiere que la Comisión presente una estrategia de interoperabilidad mínima para nuevas tecnologías de carga para evitar fragmentación en este mercado, reducir desechos y garantizar que la solución es conveniente para los consumidores.
El negociador de la Eurocámara para esta legislación, el socialista maltés Alex Agius Saliba, recordó en el comunicado que cada año se venden en Europa 500 millones de cargadores para dispositivos portátiles, lo cual genera entre 11,000 y 13,000 toneladas de desechos electrónicos, por lo que un cargador único “ayudaría al medio ambiente y a la reutilización de material electrónico viejo, ahorraría dinero y reduciría costes innecesarios para empresas y consumidores”.