La enfermera Sara Lindsey, de Nueva York, fue la primera persona en recibir la vacuna no experimental contra el COVID-19 en Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que ya han comenzado a administrarse las primeras vacunas contra COVID-19, fabricadas por la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio BioNTech.
“Primera vacuna administrada. ¡Felicitaciones USA! ¡Felicidades MUNDO!”, publicó el presidente en Twitter.
El inicio de la campaña de vacunación sirve para abrir un nuevo capítulo en la batalla contra el coronavirus en EE.UU., donde casi 300 mil personas han perdido la vida y más de 16 millones se han contagiado del virus, más que ningún otro país del mundo en términos absolutos.
La vacunación comenzó después de que el viernes por la noche la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés), el ente que regula la comercialización de fármacos en EE.UU., aprobara la vacuna después de un riguroso examen para evaluar sus riegos y beneficios.
La enfermera Sandra Lindsay, personal de Salud en la primera línea de batalla contra el COVID-19 en Nueva York, fue la primera persona en recibir la vacuna no experimental contra el COVID-19.
Una enfermera de cuidados intensivos de un hospital del barrio de Queens, Sandra Lindsay, ha sido la primera neoyorquina inoculada con la vacuna contra COVID-19 desarrollada por Pfizer y que fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) de Estados Unidos, el pasado viernes.
En una conexión en directo a través de video, en la que participó el gobernador del estado, Andrew Cuomo, Lindsay, que trabaja en el hospital Jewish Medical Center, en Queens, uno de los barrios más golpeados por la pandemia en el país, recibió la vacuna a las 9.23 h (8:23 h).
“Espero que esto marque el principio del final de un tiempo muy doloroso en nuestra historia”, dijo esta enfermera afroamericana tras recibir la dosis de la vacuna.
Sentada en una silla, junto a la doctora que le inoculó la dosis, también afroamericana, Lindsay quiso dar las gracias a todos los trabajadores de primera línea del mundo que como ella han luchado y siguen luchando contra la enfermedad, que en Nueva York ha causado más de 35.000 muertes, sobre todo durante la primera ola de la pandemia en la pasada primavera.
“Quiero inculcar la confianza en el público de que la vacuna es segura”, dijo la enfermera, que insistió en que ella cree en la ciencia y en que su trabajo “está guiado por la ciencia”.
La administración de la dosis tuvo lugar en una conexión en directo con el gobernador del estado Andrew Cuomo, que hizo las veces de presentador del evento.
“Creo que esta es el arma que acabará la guerra. Es el comienzo del último capítulo del libro”, dijo Cuomo momentos antes de que Lindsay recibiera la vacuna.
Cuomo, que agradeció el trabajo de los profesionales de la salud y de los trabajadores de primera línea, a los que no dudó en denominar “héroes”, insistió en su deseo de distribuir la vacuna lo más rápido posible.