PODER Y ESTADO PERFILES

El Río Grande y la peligrosa travesía migrante para llegar a EU

Cada noche, desde hace algunas semanas, polleros y migrantes continúan con sus métodos para movilizarse y lograr burlar a los agentes fronterizos y llegar a territorio estadounidense.

Uno de estos métodos es utilizar balsas o pequeñas lanchas improvisadas para cruzar el Río Bravo o también conocido como Río Grande.

A pesar de lo difícil que esto puede ser, cientos de migrantes procedentes principalmente de Centroamérica solicitan la ayuda de los llamados polleros, quien muchas veces representan un peligro más para estas personas y su afán por cumplir el llamado “sueño americano”.  

Ni el coronavirus y mucho menos los peligros que representa cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, puede frenar el deseo de superar las condiciones de pobreza y violencia que se viven en sus países de origen.

Apenas cae el sol, los traficantes de personas o también conocidos como polleros, inflan un bote, cargan 15 migrantes, gritan a los niños que dejen de llorar y reman con frenesí para cruzar en unos minutos el Río Grande, hasta Estados Unidos. La escena se repite casi a diario desde hace dos meses, a veces toda la noche.

En la primera media hora de oscuridad del domingo, cuatro botes inflables con unos 50 inmigrantes indocumentados de Honduras y Guatemala llegaron casi simultáneamente. a Roma, Texas, un pueblito que está en medio de la ola migrante.

Agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense (CBP) suelen conversar y hasta bromear a gritos con los traficantes al otro lado del río, pero no intentan detenerlos si no pisan suelo estadounidense.

Cuando llegan los migrantes, en ocasiones de a centenares y muchos de ellos menores que viajan solos, a veces ya ni quedan agentes en la costa. Los agentes de la patrulla fronteriza los detendrá a un kilómetro de allí, al final de un sendero arenoso que lleva a este pueblo de 11 mil habitantes en el Valle del Río Grande.

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