El 20 de enero de 2025, Donald Trump juró oficialmente como el 47º presidente de los Estados Unidos en una ceremonia marcada por la particularidad de haberse realizado en el interior del Capitolio debido a condiciones climáticas extremas. Esta investidura, que se alejó de las tradiciones por la inclemencia del tiempo, fue un evento único que selló su regreso al poder tras cuatro años fuera de la Casa Blanca.
La ceremonia comenzó con una reunión privada entre Trump y el presidente saliente, Joe Biden, en la Casa Blanca, un encuentro breve pero significativo, que también contó con la presencia de las primeras damas, Melania Trump y Jill Biden, quienes acompañaron a sus esposos en este histórico momento.
Con la mano izquierda sobre una Biblia y la mano derecha levantada, Trump pronunció las palabras de su juramento: “Juro solemnemente que cumpliré fielmente el cargo de presidente de los Estados Unidos y que, en la medida de mis posibilidades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos con la ayuda de Dios”, con lo cual formalizó su regreso a la presidencia tras su derrota en las elecciones de 2020.
Minutos antes de su juramento, JD Vance, quien asumió como vicepresidente, prestó su juramento en una ceremonia igualmente cargada de simbolismo. Entre los asistentes destacados a este acto estuvieron tres expresidentes: Barack Obama, Bill Clinton y George W. Bush, además de figuras prominentes del ámbito empresarial como Elon Musk, fundador de X (anteriormente Twitter) y nuevo director del Departamento de Eficiencia Gubernamental, Jeff Bezos de Amazon, Mark Zuckerberg de Meta, así como el presidente argentino Javier Milei, entre otros.
Con el juramento ya realizado, Trump inició oficialmente su segundo mandato con la intención de implementar una serie de medidas ejecutivas centradas en temas migratorios. Entre las primeras acciones se destaca la firma de diez órdenes ejecutivas que incluyen el cierre temporal de la frontera sur y la reactivación del controvertido programa ‘Quédate en México’, una política que obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras esperan una respuesta sobre su solicitud.
El regreso de Trump a la Casa Blanca marca el inicio de una presidencia que promete intensificar los temas que definieron su primer mandato, incluyendo una postura dura sobre inmigración y un enfoque económico que, según sus aliados, busca restaurar la competitividad global de Estados Unidos. La comunidad internacional, por su parte, espera con atención cómo estas decisiones influirán no solo en la política interna de EE. UU., sino también en las relaciones con países vecinos, como México, y con otros actores globales.
La ceremonia de investidura de Trump no solo fue un evento político crucial para Estados Unidos, sino también un recordatorio de la polarización que continúa marcando al país. Mientras algunos celebran su regreso, otros se mantienen cautelosos ante las políticas que el nuevo presidente ha prometido implementar.