12 de noviembre de 2024
Ciudad de México – Autoridades mexicanas detuvieron a seis presuntos sicarios por su implicación en el asesinato del marine estadounidense Nicholas Douglas Quets, ocurrido el pasado 18 de octubre en el estado de Sonora, en la frontera norte de México. El arresto de los sospechosos se llevó a cabo el viernes pasado, tras un operativo de inspección en varias casas de seguridad vinculadas al grupo criminal *Los Deltas*, que opera bajo el liderazgo de Erick Cabrera, alias “El Delta 1”, jefe del brazo armado de La Chapiza, una facción del Cartel de Sinaloa.
El arresto fue confirmado este martes por autoridades locales, que señalaron que los seis detenidos están relacionados con el asesinato del marine estadounidense, quien viajaba en una camioneta junto a su novia y su suegra desde Arizona, Estados Unidos, hacia el destino turístico de Puerto Peñasco, en Sonora. Durante su trayecto por la carretera Interestatal 43 Altar-Sáric, el vehículo en el que viajaban fue interceptado por un grupo de sicarios de *Los Deltas*, quienes intentaron detenerlos. El marine, al percatarse de la amenaza, intentó huir, pero los sicarios lo alcanzaron en la Carretera Federal México 2, tramo Altar-Caborca, donde le dispararon directamente, causando su muerte en el lugar. Las dos mujeres que acompañaban al marine resultaron ilesas.
Los seis detenidos recientemente son: Jorge Luis S.V., de 31 años, originario de Guasave, Sinaloa; Luis Felipe G.C., ex policía municipal de Caborca; Brayan Axiel G.C., de 21 años; Ulises P.A., de 30 años; Andriuk Wilam C.L., de 20 años, y Javier G.A., de 32 años, estos últimos originarios de Durango. De acuerdo con la Coordinación Nacional Antisecuestro y Delitos de Alto Impacto (Conase), tres de los arrestados son familiares de *El Delta 1* y confesaron pertenecer a *Los Pelones* de Sonoyta, una célula del Cartel de Sinaloa.
El crimen provocó una ola de reacciones, especialmente en Estados Unidos, donde la violencia de los carteles mexicanos ha sido una preocupación constante. En la campaña presidencial de Donald Trump, JD Vance, quien en ese entonces era candidato al Senado, utilizó este asesinato para subrayar el impacto de la violencia del narcotráfico en los ciudadanos estadounidenses. En un mitin en Arizona, Vance prometió que, si llegaba a ocupar un cargo de mayor poder, buscaría justicia para las víctimas de los carteles mexicanos, como una de sus prioridades en la lucha contra el crimen organizado.
El asesinato de Quets también resalta el creciente riesgo para los ciudadanos estadounidenses que cruzan la frontera hacia México, un fenómeno que ha sido motivo de preocupación tanto para las autoridades mexicanas como estadounidenses. El caso, aunque resuelto en parte con las detenciones, subraya los retos que enfrenta la región fronteriza en términos de seguridad y justicia, en medio de la violencia desatada por los grupos criminales que operan en la zona.