Esta, una Faraona de Egipto que se hizo pasar por hombre. Los trans siempre han estado, solo que estaban reprimidos
“Ahora mi corazón se inquieta al pensar en qué dirá la gente que vea mis monumentos en años venideros y que hablará de lo que he hecho”.
Hatshepsut (1507–1458 a.C.)
5º faraón de la Dinastía XVIII de Egipto
Me tocó comer sola; no me preparé nada en mi casa, así que salí a buscar una ensalada y mientras esperaba, la conversación de la mesa de al lado llamó mi atención.
“¿Sabías que la historia ha estado plagada de eventos de los que no se hablan? De esos que se borran porque es incómodo y lo reprimen, lo castigan o lo borran. Me contaron que hubo una “Papa mujer” llamada Juana, conocida como la “Papa Juana”. Vestida de hombre logró engañar a los cardenales, obispos y demás curia y fue elegida como papa, pero su engaño fue descubierto cuando quedó embarazada y murió durante el parto.
En ese instante llegó el mesero y me perdí de lo que seguía, pero nuevamente ese asalto de curiosidad se apoderó de mí. De la primera ya había escuchado y sí efectivamente, pero aunque no hay evidencia no se puede evitar que pudiera haber pasado. Pero de la segunda, no tenía ni idea.
Según yo transgénero se originó en la década de 1960, y se acuñó como una forma de describir a las personas cuya identidad de género difiere de su sexo asignado al nacer. Busqué y al parecer no existen registros históricos o evidencia concreta, que indique la presencia de personas transgénero en el antiguo Egipto durante la época de los faraones. La comprensión y el reconocimiento de la identidad de género y la diversidad de género han evolucionado a lo largo del tiempo, y los conceptos y términos modernos relacionados con este tema pueden no ser aplicables retrospectivamente a culturas y sociedades antiguas.
Las concepciones y expresiones en torno a esto en el antiguo Egipto, eran diferentes de las actuales. La sociedad egipcia estaba estructurada en función de las normas y roles de género establecidos; existían expectativas específicas en relación con la identidad y la expresión de género en ese contexto cultural.
El término trans ahora se confunde al de travesti, que se refiere a una persona que se viste, actúa o se presenta de una manera que no corresponde tradicionalmente a las normas de género establecidas.
Su intención al parecer era proyectarse como líder, no como hombre. Las inscripciones que acompañan las imágenes en las paredes de los templos apuntan a su verdadero sexo, y puedo imaginar la confusión para los egiptólogos de hace dos siglos.
En dibujos y estatuas empezó a aparecer con la vestimenta y accesorios típicos de un faraón, desde la corona perfecta y la falda corta. Era representada incluso con la barba postiza considerada un atributo divino de los dioses. Poco a poco su cuerpo se fue volviendo cada vez más masculino en estatuas y pinturas murales. Así se mostraba como el estereotipo de rey.
Es probable que la mayor parte de los vasallos del reino fueran analfabetos. Que el papel de una mujer como faraón que era inusual, desafiaba las normas tradicionales de la sociedad. Tal vez al adoptar rasgos y símbolos asociados con los faraones masculinos, Hatshepsut pudo afirmar su derecho al trono y evitar posibles desafíos a su poder. Así si el mensaje visual era clave y su imagen experimentaría una metamorfosis. Una especie de marketing de la época, que quizá le permitía preservar la solidez política y social.
El hecho de que ese territorio estuviera gobernado por una mujer podría haber sido visto como una amenaza para la estabilidad y la continuidad de la dinastía. ¿Al presentarse como un faraón masculino, pudo mantener la imagen de una línea de sucesión continua y evitar perturbaciones en el orden establecido? Todo es especulativo ya que no se pueden confirmar con certeza. El misterio de por qué ella se representó como un hombre, persiste en la egiptología, y es muy probable que nunca conozcamos la razón exacta detrás de su elección.
¿Tutmosis III odiaba tanto a su madrastra?¿ ¿y ya que no pudo hacer nada contra ella hasta después de su muerte, pudo darle rienda suelta a su rencor tratando de desaparecerla? ¿Por qué le permitió un funeral tradicional y esperó años para enviar a sus albañiles a reescribir la historia? ¿habrá sido descuidado o no le puso suficiente empeño? Pues aunque hay una cantidad de estatuas, pinturas y templos destruidos, quedó mucho más y gracias a eso hoy se puede rearmar su historia.
Es raro que 20 años después del ascenso de Tutmosis III comenzará el grueso de la destrucción de su paso por la historia de Egipto, cuando la mayoría de los que la recordaban ya habían muerto. Hay evidencia que apunta que la profanación comenzó de la mano de su hijo antes.
Así comienzan las suposiciones viables ¿acaso habrá sido un problema de legitimidad? Al ser de las pocas mujeres que gobernaron como faraones en el antiguo Egipto, su ascenso al trono pudo haber sido visto como una desviación de la tradición y por lo tanto, ¿su legitimidad como gobernante pudo haber sido cuestionada?
Tutmosis III, al intentar borrar a Hatshepsut del registro histórico, podría haber estado tratando de restablecer la idea de una línea de sucesión puramente masculina y afirmar su propia legitimidad como gobernante.
¿Habrá sido el culto al culto de Amón? Durante su reinado, ella realizó importantes proyectos de construcción, incluido el Templo de Deir el-Bahari, dedicado a la diosa Amón. Sin embargo, después de su muerte, Tutmosis III promovió una ideología religiosa que se centraba más en el culto de Amón-Re. ¿Podría ser que al intentar borrar toda referencia de Hatshepsut, pudo haber intentado eliminar cualquier conexión con el antiguo culto de Amón y promover su propia ideología religiosa?
O tal vez el nuevo Faraón pudo haberla visto como una amenaza para su propio legado y poder. Al eliminar cualquier referencia a ella, intentaba consolidar su propia imagen como el gobernante más destacado de su época y borrar el recuerdo de su predecesora.
Hoy la mirada, además de los cientos de problemas que aquejan a la humanidad, está puesta en un debate encarnizado sobre el género y me parece curioso que se me re aparezca este personaje a través de una conversación que tocaba el tema.
Cuando la estudié en los libros de historia, siendo una adolescente, y mi mirada estaba puesta en los majestuosos templos y su magnífico reinado, nunca me enseñaron sobre el misterio que subyace por detrás del personaje y que hace que se confunda entre hombre y mujer.
Sin importar las causas de la decisión de transformarse en otra cosa que no era y desaparecerla, los arqueólogos han apuntado que sí era mujer, por más intentos de haber querido borrarla del mapa.
Los expertos apuntan a que fue comandante militar, que lideró las tropas en al menos dos ocasiones.
En algunos textos que han ido apareciendo, se le describe como una conquistadora: “La que será vencedora, ardiendo contra sus enemigos”.
Defendió las fronteras y poco después de llegar al trono, su reinado fue pacífico y la faraona usó la diplomacia como fuente para el desarrollo del comercio internacional con algunas tierras que traspasan los confines de su reino.
Incluso hay un retrato de un viaje en el que sus barcos zarparon cargados de bienes egipcios valiosos, como cuentas, brazaletes, armas de metal, y regresaron repletos de maderas preciosas, fragancias, anillos de oro, piedras semipreciosas, marfiles, pieles de animales y plumas de aves, así como una colección de animales exóticos, incluidos simios, panteras y jirafas.
Entre todas esas maravillas, la más preciada era la mirra, que los marineros trajeron procesada, como resina, para ser usada en los rituales en los templos, en la momificación y en la confección de perfumes.
Se dice que ella misma usaba el fragante aceite de mirra para aplicárselo en la piel y que está pudiera “brillar como las estrellas sobre toda la Tierra”.
En esa expedición, trajeron 31 árboles de mirra, para sembrarlas en los jardines de su templo funerario en Deir el Bahari, uno de los más bellos monumentos de la era dinástica.
¿Cómo llega al poder? Una serie de circunstancias y maniobras políticas la colocaron en el lugar idóneo. Originalmente, su esposo, el faraón Thutmose II, asumió el trono, pero era un gobernante débil y enfermizo. Juntos, Hatsepsut y Thutmose II tuvieron una hija llamada Neferure.
Después de la muerte de Thutmose II, su hijo Thutmose III, fruto de un matrimonio anterior, era todavía muy joven para gobernar por sí mismo. Como resultado, Hatsepsut asumió el papel de regente en nombre de Thutmose III, convirtiéndose en la gobernante de facto de Egipto.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, comenzó a consolidar gradualmente su poder y a tomar decisiones sin consultar a Thutmose III. Existe la teoría, de que se proclamó a sí misma faraona y adoptó todos los símbolos y títulos reales.
Se piensa que presentó su reinado como una necesidad para mantener la estabilidad y la continuidad de Egipto, y se aseguró de legitimar su posición.
Thutmose III, durante los primeros años de su reinado, mantuvo un papel secundario y estuvo bajo su influencia. Sin embargo, más adelante en su reinado, Thutmose III tomó el control completo del poder y se esforzó por borrar los rastros de Hatsepsut de la historia egipcia, incluso desfigurando su nombre y estatuas.
Pero resulta que hay indicios que apuntan a otra realidad, me encantan las controversias y es que es extraño que nunca depusiera a su hijastro. Tampoco le quitó el título de faraón y ni siquiera lo ocultó. En las imágenes de algunos templos él sigue apareciendo a su lado, a veces incluso aparecen juntos como si fueran mellizos.
Quizá si esto es una posibilidad, entonces lo que sucedió fue que se dio una corregencia, o reinado conjunto, cosa que al parecer se acostumbraba en dinastías anteriores.
¿Porque “La usurpadora más vil”, como la habían llamado, no se deshizo de él de alguna manera, como tantos lo han hecho a lo largo de la historia?
Ni lo mató, ni lo exilió, sino que se aseguró de que Tutmosis III se preparara, cuidando de su educación como escriba y sacerdote, y luego enviándolo al ejército. Cuando ella muere él ya había ascendido al rango de Comandante en Jefe y había participado en una victoriosa campaña en el Levante.
Si esto fuera verdad entonces se podría considerar como una versión más plausible, una que se sostiene más y que quizás fue una amenaza contra la estabilidad de Egipto lo que la llevó a declararse reina.
También pudo haber pasado que el niño faraón se hubiera enfermado, pues si su vida corría peligro, también lo corría el estatus quo de todos los poderosos, así que si ella asumía el poder, se aseguraba la continuidad.
Y es que ella debió haber contado con el apoyo de los poderosos, pues de otra manera su reinado no habría sido tan próspero y pacífico.
¿Habrá sido esto por lo que quiso desaparecerla? Esta prosperidad no se olvida en el ciudadano de a pie, se posterga y después se convierte en un hito que nubla la mirada. Si hubiera sido un desastre, como gobernante sus errores habrían sido útiles y hubiera sido más fácil olvidarla, pero al parecer no fue así.
Es cuando entiendo que él fue conocido por su habilidad militar y lideró varias campañas exitosas, expandiendo significativamente el territorio egipcio y estableciendo el Imperio Nuevo, que comienzan nuevamente las preguntas. ¿Entonces por qué la quiso desaparecer? O ¿no fue él?
La duración exacta del reinado y la vida de Hatsepsut no está completamente clara debido a la falta de registros históricos completos. Sin embargo, se estima que Hatsepsut nació alrededor del año 1508 a.C. y murió aproximadamente en el año 1458 a.C., lo que sugeriría que vivió alrededor de 50 años.
Sin duda agradezco que una conversación me haya dirigido hasta un gran misterio, de esos que no encuentro como saciar, de esos que me impulsan a seguir buscando e indagando. A las chicas que hablaban en la mesa de al lado, gracias, no solo me mostraron esta confusión que permea en los asuntos de género, si no que me llevaron a recorrer el desierto de Egipto, ahí donde sus templos siguen en pie y la arqueología sigue redefiniendo la historia, cada vez que una nueva piedra tallada o un templo nuevo aparece.
Por DZ