Investigadores señalaron que en caso de que este tratamiento alternativo sea aprobado contra el COVID-19, su administración será vía oral
Un grupo de investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) identificaron que el uso de “alcamidas” y “piperamidas”, compuestos derivados de la pimienta negra, cuentan con características antinflamatorias, anestésicas y antivirales, que podrían combatir el COVID-19.
En un comunicado, el Cinvestav señaló que la comunidad científica, en colaboración con farmacéuticas internacionales, luchan por encontrar tratamientos efectivos para inhibir los efectos del SARS-CoV-2, al grado de que hasta el momento ya son por lo menos 190 los ensayos clínicos que buscan diseñar una vacuna contra la transmisión del coronavirus.
Aunado a esto, agregó, los especialistas consideraron como una alternativa investigar los beneficios de productos naturales.
Los especialistas del Cinvestav Irapuato propusieron emplear compuestos nitrogenados obtenidos de pimienta negra, conocidos con el nombre de “alcamidas” y “pipermidas”, gracias a sus características bioactivas.
Detalló que sus características fueron reconocidas vía in silico, lo que quiere decir que utilizaron modelaciones computacionales para identificar el candidato más específico para combatir al virus, a través de la herramienta informática “docking molecular”, que ayudó a determinar la estabilidad de estos compuestos con proteínas vitales durante el ciclo de la infección del patógeno.
El microbiólogo Juan Vázquez Martínez y titular de la investigación explicó que fue posible identificar la “piperciclobutanamida B”, una piperamida dimérica con la que está provisto este tipo de grano, la cual tiene la propiedad de reprimir la proteasa principal del SARS-CoV-2, lo que podría inactivar la replicación del virus en el organismo.
“Este coronavirus pertenece a un grupo llamado virus de ARN de sentido positivo de cadena simple, y su genoma es una cadena sencilla con la característica de que la célula del organismo lo reconoce como si fuera un ARN mensajero. Ese es el peligro del virus, ya que no necesita prácticamente nada más que entrar a la célula para empezar a transcribir”, expuso Váquez Martínez
“Vimos que el mayor efecto de las piperamidas es bloquear aquellas proteasas encargadas de madurar las proteínas relacionadas con la propagación del virus, de esta manera se estaría evitando la infección”, dijo.
Además de este hallazgo, los expertos se encargaron de realizar simulaciones bioinformáticas para conocer el potencial farmacológico de la piperamida, pues resultaba necesario conocer sus niveles de absorción, distribución, metabolismo y excreción para definir que, en caso de ser empleado como antiviral, la administración recomendada sería por vía oral.
Luego de obtener estos resultados, los investigadores están en búsqueda de realizar estudios in vitro, para lo que necesitarán adquirir la proteasa del nuevo coronavirus.