Agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) confiscaron, a un chofer que se dijo originario de Guadalupe, Nuevo León, un cráneo de elefante africano de sabana (Loxodonta africana), por no tener los documentos que avalaran su legítima posesión.
En un comunicado de prensa difundido en redes sociales, la CBP informó sobre este peculiar cargamento, y dijo que confiscó el cráneo de elefante no sólo por la falta de documentos, sino por ser una especie protegida por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) de ese país.
“Especialistas en agricultura interceptaron y confiscaron en la garita de Pharr, condado de Hidalgo (en Texas), un cráneo de elefante que carecía de la documentación adecuada de propiedad y exportación. La USFWS hace cumplir con leyes de protección a especies vulnerables y en peligro de extinción”.
CBP y un cráneo de elefante en Texas
Efraín Solís, jefe de la garita de Pharr, dijo en un comunicado de la CBP que en la frontera binacional también se trabaja para “combatir el tráfico ilegal de vida silvestre”: al no ser trasladado con documentos oficiales, el cráneo de elefante pasó a resguardo de autoridades competentes.
- El mismo chofer de Guadalupe, Nuevo León, comunicó su cargamento
- Agentes de la CBP le pidieron estacionarse para un chequeo de mercancía
- Según autoridades, el hombre pretendía importar el cráneo de elefante
La confiscación fue procedente por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES): sin documentos oficiales que avalen su traslado a un museo o a un centro de investigación, el cráneo de elefante se presume como mercancía de contrabando.
El mercado animal
Por su parte, en otro comunicado, la Fiscalía Federal del Distrito de Alaska informó sobre la condena de seis meses de arresto domiciliario y multa de 400 mil dólares a un empresario por “traficar ilegalmente con marfil de morsa y no reportar ingresos comerciales” ante autoridades financieras.
“Walter Earl (76 años), propietario de The Antique Gallery, traficaba regularmente con marfil de morsa. En tres ocasiones distintas en 2017, (mostró sus productos) a agentes encubiertos. Falsificaba documentos, y habría comprado y vendido, al menos, 50 colmillos de morsa”.