Una onda de calor que se registró en India y Pakistán fue 30 veces más probable debido al cambio climático
La ola de calor que afectó en marzo y abril a India y Pakistán fue 30 veces más probable debido al cambio climático, según un informe que publica la iniciativa World Weather Attribution (WWA).
Con el futuro calentamiento global, las olas de calor como esta serán “aún más comunes y más calientes”, indica el informe, y en un escenario de temperatura media global dos grados centígrados más alta, un evento de este tipo en esa región sería entre 0.5 y 1.5 grados más alto.
El mismo evento habría sido aproximadamente 1 grado más frío en un clima preindustrial, señala el informe de WWA, en el que científicos de India, Pakistán, Países Bajos, Francia, Suiza, Nueva Zelanda, Dinamarca, Estados Unidos y Reino Unido colaboraron para evaluar hasta qué punto el cambio climático inducido por el hombre alteró la probabilidad e intensidad de la ola de calor.
Desde comienzos de marzo India y Pakistán, pero también gran parte del sur de Asia, sufrieron un episodio de calor prolongado. Los primeros informes indicaron 90 muertes en esos dos países y una reducción estimada del 10 al 35 % en el rendimiento de las cosechas en Haryana, Uttar Pradesh y Punjab debido al episodio de calor.
Aunque las olas de calor no son infrecuentes en la estación que precede al monzón, las altísimas temperaturas tan tempranas del año, unidas a unas lluvias muy inferiores a la media, “han provocado condiciones de calor extremo con consecuencias devastadoras para la salud pública y la agricultura”.
El informe destaca que esta ola de calor temprana estuvo acompañada de precipitaciones y humedad “muy por debajo de la media y, por lo tanto, constituyó una ola de calor seca, lo que hace que la humedad sea mucho menos importante para los impactos en la salud que las olas de calor que se producen a finales de la temporada y en las zonas costeras”
En Pakistán e India, recuerda el informe, el calor extremo afecta más a las personas que deben salir a la calle para ganarse un sueldo diario, como vendedores ambulantes, trabajadores de la construcción y la agricultura o policías de tráfico, que carecen de acceso a electricidad y refrigeración constantes, lo que limita sus opciones para hacer frente a un estrés térmico prolongado.
El grupo de expertos usó series históricas de temperaturas y modelos matemáticos para llegar a sus conclusiones, aunque indican que los resultados del informe son “probablemente conservadores”, pues la longitud relativamente corta de los datos observados dificultaron la consideración de ajustes estadísticos más idóneos para los extremos.
El equipo señala que aunque “es inevitable que se produzcan algunas pérdidas debido al calor extremo, es engañoso suponer que los impactos son inevitables” y agrega que la adaptación al calor extremo puede ser eficaz para reducir la mortalidad.
Así, los planes de acción contra el calor que incluyen alertas y acciones tempranas, mensajes de sensibilización y cambio de comportamiento, y servicios públicos de apoyo “pueden reducir la mortalidad”.