SERVIR Y SALIR CON LAS MANOS LIMPIAS
* En su recorrido por la comunidad que la vio nacer y donde vivió hasta antes de formar su familia, hombres y mujeres la esperaron y le abrieron las puertas de sus hogares
Leona Vicario, municipio de Puerto Morelos, 21 de abril.— Blanca Merari Tziu Muñoz, candidata de la coalición “Juntos Haremos Historia” a la presidencia municipal de Puerto Morelos, retornó hoy a esta comunidad, de la cual es oriunda, para recorrer sus calles en busca del voto y recordar a sus amigos, vecinos y conocidos su doble compromiso: cumplir lo que ofrezca en campaña, pero también honrar la palabra de su esposo “Nacho” Sánchez Cordero.
La abanderada del Partido Verde, Morena, Partido del Trabajo y Movimiento Auténtico Social, quien recorrió la calle Cenote San Justo para saludar de mano a los vecinos y solicitarles su voto, estuvo acompañada por la Sra. Maura Codero Silva, madre de quien fue su compañero de vida.
Durante su recorrido por el pueblo que la vio nacer y donde vivió hasta antes de formar su familia, fue invitada a pasar a algunas viviendas, donde explicó que “Nacho dejó una trayectoria limpia, sin nada que le señalen y mi deber es que, si llego a la presidencia municipal, hacer eso mismo: servir y salir con las manos limpias”.
Hombres y mujeres que la esperaban a las puertas de sus hogares o sentados en la banqueta, abrieron las puertas de sus hogares a “Blanquita”, la invitaron a pasar y le ofrecieron su apoyo “porque eres la mejor opción que tiene Puerto Morelos y porque es lo que Nacho hubiera querido”.
En cada caso se detuvo, chocó puños con los vecinos, los saludó por su nombre –la conocen desde pequeña–, escuchó sus necesidades y se comprometió a atenderlas cuando esté al frente de la administración municipal.
Incluso, les habló en lengua maya para explicarles que conoce las carencias de Leona Vicario, “porque las viví y las sigo viviendo”. “Voy a responder con hechos, porque a las palabras se las lleva el viento, pero conmigo van a convertirse en realidad”, aseguró a la familia Uitzil Kumul, una de las que le abrió las puertas de su hogar