Economías emergentes y en desarrollo han aumentado notablemente sus niveles de deuda en las últimas 3 décadas, informó el Banco Mundial. Es probable que las naciones en desarrollo más pobres necesiten un alivio de la deuda del G20 más acelerado, dijo este mediodía el Banco Mundial, ya que un número cada vez mayor de estas naciones enfrenta la presión del aumento de los costos de financiamiento y una desaceleración económica. La recesión inducida por la pandemia en 2020 dejó a la mitad de los países de bajos ingresos con sobreendeudamiento o en alto riesgo de sobreendeudamiento, dijo el Banco Mundial en su último informe de Perspectivas Económicas Mundiales.
Los niveles de deuda en las economías emergentes y en desarrollo han aumentado al ritmo más rápido en tres décadas, según el informe, y aunque se prevé que el crecimiento en estas economías se fortalezca en 2022 a 4.9% y en 2023 a 5.9%, se estima que el ingreso per cápita permanecerá bajo los niveles previos a la pandemia este año entre la mitad de este grupo.
“Es probable que se necesite un mayor alivio de la deuda si el crecimiento sigue siendo moderado y la comunidad mundial deberá estar lista para proporcionarlo de manera equitativa pero eficiente”, concluyó el informe del Banco Mundial.
El marco común del G20, lanzado en noviembre de 2020, tiene como objetivo brindar alivio de la deuda principalmente a través de extensiones de vencimiento y reducciones de la tasa de interés para países elegibles para moratorias de pago bajo la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI).
Sin embargo, el progreso ha sido lento.
“El marco debe proporcionar un alivio de la deuda más rápido para que sea efectivo: el primer país que solicitó el beneficio del programa Marco hizo la solicitud en enero de 2021 y el proceso aún no se ha completado”, dice el informe.
Formalizar la implementación con un cronograma claro y reglas transparentes podría ayudar a acelerar el proceso, mientras que los países deudores deberían implementar políticas para reforzar sus posiciones fiscales y mejorar la transparencia de la deuda, dijo el Banco Mundial.
Los niveles de deuda altos también implicaron que los mercados y las instituciones fuesen cada vez más vulnerables a las tensiones financieras, especialmente en países donde las posiciones fiscales débiles y la deuda soberana alta dejaron mucho menos margen para una respuesta eficaz.
El Banco Mundial destacó a China, donde la tensión financiera podría desencadenar un desapalancamiento desordenado del sector de bienes raíces.
“Un episodio de desapalancamiento turbulento podría causar una recesión prolongada en el sector inmobiliario, con efectos indirectos significativos en toda la economía a través de precios más bajos de la vivienda, reducción de la riqueza de los hogares y caída en picada de los ingresos del gobiernos locales”, indicó.
En su reporte, el Banco Mundial dijo además que el crecimiento de la economía global se desacelerará marcadamente a 4.1% este año y a 3.2% en el 2023, desde la expansión del 5.5% que marcó en 2021.
En cuanto a Estados Unidos, el informe redujo la estimación del crecimiento del PIB a 3.7% en 2022, frente a la proyección anterior de 4.2%, y a 5.6% para el 2021, desde el pronóstico previo de 6.8%.
La economía china, la segunda más grande del mundo, crecerá 5.1% en 2022, dijo la entidad, que recortó su estimación sobre la variación del PIB desde el 5.4% anterior.