Los casos de reinfección por COVID-19 aún no confirman que en pocos meses se pueda perder la inmunidad frente al virus, señalan expertos
Los tres casos de reinfección por coronavirus, los primeros descritos en el mundo, abren un abanico de incógnitas por resolver ya que, no solo son algo excepcional entre 24 millones de contagios en el planeta, sino que aún no confirman que en pocos meses se pueda perder la inmunidad frente al virus.
Así lo señalan distintos expertos consultados por la agencia Efe, que además hablan de la gran heterogeneidad de la respuesta inmunitaria en los individuos y coinciden en que esta nueva información sobre la reinfección no tiene implicaciones en las vacunas en investigación.
Los tres casos de reinfección por coronavirus descritos en Hong Kong, Holanda y Bélgica pueden ser “la excepción que confirme la regla” en una pandemia de estas dimensiones y, por ahora, no demuestran que se haya perdido la inmunidad, según la doctora Carmen Cámara, secretaria de la Sociedad Española de Inmunología (SEI).
Se trata de los tres primeros casos detectados de personas que, tras ser infectadas por el SARS-CoV-2, habrían vuelto a dar positivo pocos meses después pero a una cepa diferente del virus, por lo que se considera reinfección y no recaída.
“Por ahora se trata de algo anecdótico y esperable, la comunidad científica estaba pendiente de estos casos y seguro que habrá más, pero creo que serán pocos en relación con los millones de contagios en el mundo”, asegura la también especialista del Servicio de Inmunología del Hospital Universitario La Paz de Madrid.
Son los primeros casos documentados aunque solo uno de ellos se ha publicado en una revista científica, por lo que no hay certezas sobre si en todos los casos han perdido los anticuerpos neutralizantes; la inmunidad celular de los linfocitos T; o el interferón presente en la inmunidad innata, las distintas líneas de defensa del sistema inmunológico.
Distinguir entre reinfección y nueva enfermedad
El caso de Hong Kong es el de un hombre de 33 años asintomático, el de Bélgica el de una mujer con síntomas leves que no ha requerido hospitalización, mientras que el de Holanda es un anciano con el sistema inmune deteriorado y del que no se ha informado acerca de sus síntomas.
“Al menos en los casos de Hong Kong y Bélgica se ve que no han desarrollado enfermedad. Hay que distinguir entre reinfección y nueva enfermedad”, precisa Cámara.
Según la inmunóloga, es posible que una persona se vuelva a contagiar con el coronavirus, que dé positivo pero no desarrolle la enfermedad, aunque pueda contagiar; si no la desarrolla “puede ser porque el sistema inmune ha funcionado, se sigue acordando del virus aunque sea una cepa diferente”, puntualiza.
De momento, estas reinfecciones no demuestran que la inmensa mayoría haya perdido la inmunidad casi ocho meses después de haberse notificado los primeros casos de COVID-19 en China: “No sabemos lo que va a durar la inmunidad, creemos que una mayoría aplastante de los contagiados la sigue conservando”, subraya.
La viróloga del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) de España, Isabel Sola, una de las investigadoras españolas inmersas en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus, coincide con Cámara en que es un número de casos todavía muy limitado para llegar a conclusiones generales. Además, es necesario conocer los detalles de cada uno de ellos para concluir algo con criterio científico.
El caso de Hong Kong se publicó el pasado martes en la revista Clinical Infectious Diseases, editada por la universidad británica de Oxford. Según los detalles, en marzo a esta persona le diagnosticaron por PCR el SARS-CoV-2 y tuvo síntomas leves; casi 5 meses después, al volver a su ciudad desde España vía Reino Unido, volvió a dar positivo, pero ha permanecido asintomático.
Aparentemente, apunta Sola, parece una reinfección, sin embargo, hay algunas preguntas todavía sin responder en este caso.
Preguntas sin responder
Por ejemplo, los científicos han visto que en el suero que recogieron de este paciente, 10 días después de que aparecieran los síntomas en su primera infección, no había anticuerpos frente a SARS-CoV-2, pero en la segunda infección sí han detectado anticuerpos frente al coronavirus en el suero, 5 días después de la PCR positiva.
A juicio de esta investigadora, esta es una de las limitaciones del estudio, porque “no podemos saber si la primera infección indujo una respuesta inmune (anticuerpos y células T) o no”.
“Con lo que sabemos de otras infecciones por coronavirus y por SARS-CoV-2 es posible que en la primera infección sí hubiera una respuesta inmune que permitió en su momento la recuperación. La respuesta de anticuerpos habría decaído durante estos meses, aunque habría células de memoria que han respondido en la reinfección, haciendo que el curso de esta sea más leve que la primera vez”.
Esta vez, de hecho, ha sido asintomático, resume Sola, quien apunta que “esta es una interpretación posible, pero no tenemos toda la información de la respuesta inmune del principio y la actual como para saberlo con certeza”.
Es decir, “podría ser que la respuesta inmune que induce SARS-CoV-2 tenga una duración limitada en cuanto a los niveles de anticuerpos neutralizantes (se sabe que decaen en unos meses), sin embargo, podría haber una respuesta celular -la de los linfocitos T- que no evita completamente la infección, pero la hace más leve”.
La inmunidad, mucho por conocer
En este sentido, el bioquímico de la Universidad Complutense de Madrid José Manuel Bautista indica que estos casos podrían poner de manifiesto que la inmunidad de memoria no es esterilizante, es decir, que no elimina al virus, al menos en todos los individuos, y que posiblemente las vacunas necesiten dosis de recuerdo a medio plazo.
No obstante, Bautista coincide con Sola y Cámara en que los casos no son de momento frecuentes, pero sí que ahondan en “la gran heterogeneidad” de la respuesta inmunitaria en los individuos, cuestión que ya se había observado en la casuística clínica.
“Lo más complejo de la inmunidad está siendo entender el vínculo entre respuesta humoral de inmunoglobulinas, anticuerpos, y la respuesta de linfocitos T, y a su vez su relación con la respuesta inflamatoria grave”, resume este investigador, para quien también queda mucho por comprender de los mecanismos de memoria inmunitaria frente al virus.
Esta carencia es debida al corto periodo que llevamos de epidemia que no permite tener análisis retrospectivos más allá de seis meses.
¿Perderán efectividad las futuras vacunas?
En cuanto a las vacunas, Sola afirma que esta es una información interesante, desde luego, que habrá que tener muy presente. Sin embargo, no es trasladable directamente a las vacunas que se están investigando.
“La observación de que la respuesta inmune es transitoria corresponde a una infección natural en la que el virus despliega, por una parte, todas los antígenos que inducen la respuesta inmune, pero por otra sabemos que tiene elementos para contrarrestar y limitar esa respuesta inmune”.
En las vacunas, sin embargo, únicamente se incluyen las proteínas que inmunizan, “por lo que podríamos esperar una respuesta protectora más duradera”, aclara esta investigadora del CNB.
En opinión de Carmen Cámara, estos tres casos de reinfección no van a cambiar el curso de las vacunas en desarrollo porque tampoco serán vacunas que nos proporcionen inmunidad permanente sino a corto plazo, como las de la gripe.
En cualquier caso, esta especialista recuerda que la inmunidad que genera una enfermedad siempre es más potente que la que proporciona una vacuna.