La adhesión de Cristina Torres Gómez a la bancada de Morena en el Congreso del Estado no sólo ha generado una relativa sorpresa entre la clase política quintanarroense, que dudaba si pasaría de los amagos de abandonar el PAN en su terca lucha para postularse a la presidencia de Solidaridad, sino una ola de justificada indignación en las filas morenistas, que ayer miércoles protagonizaron una protesta por la pretendida inclusión de la expanista en la contienda.
Militantes y simpatizantes que se reunieron a un costado del palacio municipal solidarense no olvidan que Cristina Torres apenas en el proceso electoral pasado fue una acérrima rival de Morena y se había mantenido como una permanente crítica de la Cuarta Transformación y del presidente Andrés Manuel López Obrador.
No dejaron de manifestar su incredulidad ante el cinismo de la expresidenta municipal al buscar el cobijo de Morena, traicionando al panismo que la encumbró, y aunque admiten que “cualquier persona podría darse de alta, y que el partido la apoye es otra cosa”, se les hace “muy increíble que precisamente sea ella la que quiera ser perteneciente a Morena”, pues “si siguiéramos en este paso tendríamos que poner en 2024 a Vicente Fox de candidato para la presidencia y no vamos por ahí”. Así de absurdo resulta.
Los morenistas hicieron un llamado vehemente a su dirigencia estatal para poner límites a personajes que antaño fueron opositores y hoy se acercan al partido en busca de lograr sus intereses personales, como Cristina Torres en Playa y Raymundo King en Chetumal.
Resulta, por decir lo menos, penoso el papel que está jugando Cristina Torres, a quien no le importa exhibirse con todo cinismo en el esplendor de su escasa estatura moral, al sumarse a un partido que denigró hasta el cansancio, con tal de cumplir con su ambición de apoderarse nuevamente de la presidencia municipal solidarense y su afán de venganza contra la actual edil, quien despunta como puntera en las encuestas internas que teóricamente decidirán a quien abanderará la candidatura de Morena.