Hay momentos en que la vida de alguien da un giro de 180 grados, de tenerlo todo: fama, riqueza y admiración, pasan a estar en el ojo del huracán por algo que nadie hubiera pensado de ellos. Así fue la vida de Aaron Hernández, quien pasó a ser una estrella de los New England Patriots a un asesino convicto que terminó suicidándose.
Hernández era un tight end titular de los Patriots, un equipo que marcó época en la NFL, una estrella del futbol americano durante los tres años que jugó y también protagonista central de uno de los episodios que conmocionó al deporte en Estados Unidos.
La historia se produjo un 26 de junio de 2013, cuando fue detenido por el asesinato de su amigo y concuñado, Odin Lloyd, con varios disparos. En principio, los investigadores no pensaron que pudiera ser culpable por su éxito en el emparrillado, pero las pruebas comenzaron a despejar cualquier duda, fue arrestado y a la postre acusado.
Los Patriots no titubearon y rescindieron su contrato el día de su arresto, que un año antes había sido renovado por cinco años por 39.58 millones de dólares y un bono por firmar de 12.5 millones de dólares al ser un jugador que revolucionó la posición de TE junto a Rob Gronkowski, con quien formó una de las mejores duplas en la historia de la liga.
EL INICIO DE AARON EN LA NFL
Hernández comenzó su etapa en la NFL en 2010, cuando fue seleccionado en la cuarta ronda por los Patriots de la Universidad de Florida, un día después de que seleccionaran a Gronkowski. Era uno de los mejores talentos puestos por la prensa y analistas, quienes se sorprendieron al no ser elegido en la primera ronda.
Los entrenadores sabían algo que no era conocimiento del público y era que su vida podía convertirlo en un problema en el futuro. Por ello los Patriots le dieron un contrato bajo con incentivos si su desempeño era bueno, algo que no tuvo problemas en cumplir y lo llevó a la renovación millonaria en 2012 tras ser elegido para el Pro Bowl y titular en el Super Bowl.
SENTENCIA Y SUICIDIO DE AARON HERNÁNDEZ
Luego de que su carrera terminara abruptamente en 2013, Aaron fue sentenciado a cadena perpetua en 2015 por el asesinato de Odin Lloyd. A consecuencia de las investigaciones, se supo que estuvo implicado en dos muertes más, la de los caboverdianos Safiro Furtado y Daniel de Abreu, quienes fueron tiroteados en 2012 afuera de una discoteca.
Sin embargo, su abogado, tras un increíble trabajo, logró exonerarlo de estos dos últimos asesinatos y permaneció en la carcel solo por la muerte de Lloyd, aunque cinco días después se quitó la vida en su celda al ahorcarse con una sabana.
La historia de Aaron Hernández dio pie a libros, programas de televisión y documentales. Tiempo después, se conoció mediante el trabajo periodístico de The Boston Globe que tanto él como su madre eran golpeados por su padre, además había sido abusado sexualmente cuando era pequeño y luchaba con su identidad sexual, ya que tuvo una relación con un mariscal de campo en la secundaria llamado Dennis SanSoucie.