5 de noviembre de 2024 – La jornada electoral más esperada de 2024 en Estados Unidos comenzó este martes con la apertura de los primeros centros de votación en el noreste del país. A las 05:00 h, hora local, los vecinos de Vermont fueron los primeros en acudir a las urnas para participar en las elecciones presidenciales, donde se decidirá si la vicepresidenta Kamala Harris continuará en el poder o si el exmandatario republicano Donald Trump regresará a la Casa Blanca.
A lo largo del día, los centros de votación abrirán en diferentes momentos en los distintos estados del país, que abarcan seis husos horarios distintos. La diversidad de horarios responde a las leyes locales de cada estado, lo que hace que el proceso electoral sea altamente descentralizado.
A partir de las 06:00 h local, los votantes en otros seis estados, incluidos Connecticut, Kentucky, Maine, Nueva Jersey, Nueva York y Virginia, podrán comenzar a votar. Media hora después, los centros electorales de Ohio, Virginia Occidental y Carolina del Norte abrirán sus puertas. Este último estado se considera un “estado bisagra” crucial para determinar el resultado de la elección.
El avance de la jornada continuará con la apertura de los centros en la mayoría de los estados a las 07:00 h, cuando comenzará la votación en el Distrito de Columbia y en 17 estados, entre ellos Florida, Georgia, Pennsylvania y Michigan, considerados también “estados bisagra”. Estos estados, donde la diferencia de votos puede ser muy ajustada, jugarán un papel clave en la elección.
A las 08:00 h, se sumarán diez estados más, entre ellos Arizona, Iowa, Minnesota, Misisipi, Texas y Wisconsin, mientras que en las horas posteriores abrirán las urnas en otros estados, incluyendo Colorado, Nevada, Nuevo México y Utah. Los últimos centros en abrir serán los de California, Idaho, Washington y Alaska, mientras que en Hawái los votantes podrán acudir a las urnas a las 17:00 h GMT.
La elección de 2024 es una de las más competitivas de la historia reciente. Las encuestas muestran una carrera ajustada entre Kamala Harris, la candidata del Partido Demócrata, y Donald Trump, el ex presidente republicano. Según el promedio de encuestas de *FiveThirtyEight*, Harris tiene una ligera ventaja a nivel nacional, con el 48% del apoyo frente al 46.8% de Trump.
Sin embargo, en el sistema electoral de Estados Unidos no es el voto popular el que define al presidente, sino el Colegio Electoral, compuesto por 538 electores. Para ganar la presidencia, un candidato debe obtener al menos 270 votos electorales.
Aunque algunos estados ya están casi seguros de su preferencia por uno u otro candidato, la elección se decidirá en siete estados clave: Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Arizona y Nevada. En estos estados, las encuestas siguen mostrando una carrera muy apretada, y todo indica que el resultado final se podría decidir por unos pocos miles de votos.
Este martes, unos 244 millones de estadounidenses están llamados a las urnas. Según los datos de la Universidad de Florida, cerca de 80 millones de personas ya habían ejercido su derecho al voto por adelantado, ya sea de manera presencial o por correo, un reflejo de la alta participación que se anticipa para esta elección.
Además de la elección presidencial, los votantes estadounidenses también elegirán a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y a un tercio del Senado. En muchos estados se elegirán gobernadores y alcaldes, y también se tomarán decisiones clave sobre legislaciones locales y referendos ciudadanos, incluidos aquellos relacionados con el derecho al aborto. Diez estados votarán sobre propuestas que podrían proteger o endurecer las restricciones sobre el aborto, convirtiendo esta elección en un referéndum sobre derechos reproductivos en diversas partes del país.
A medida que avance la jornada, la atención mundial estará puesta en los resultados que vayan surgiendo, especialmente en los estados bisagra. Los ojos del mundo observan con expectación cómo se desarrollará este proceso democrático en una de las elecciones más polarizadas de los últimos tiempos.
A lo largo del día, las mesas de votación irán cerrando en cada estado según el huso horario correspondiente, pero los resultados finales de la contienda podrían tardar en llegar debido al proceso de conteo y, en algunos casos, a los posibles impugnaciones legales que podrían surgir. Sin embargo, lo que es seguro es que, este 5 de noviembre, Estados Unidos está viviendo una jornada histórica, en la que se decidirá el futuro político del país durante los próximos cuatro años.
